Descubren que un cirujano se amputó las piernas a sí mismo por un “fetiche sexual” y lo condenan por una millonaria estafa

La condena de Neil Hopper, un cirujano vascular de 49 años, genera conmoción en Cornualles, Inglaterra. El tribunal de la ciudad de Truro investigó su caso de forma exhaustiva, y determinó que la amputación de los dos miembros inferiores que se realizó en mayo de 2019 fue autoinfligida.
Hopper trabajó en el Royal Cornwall Hospitals NHS Trust durante una década, y realizó múltiples procedimientos quirúrgicos. Estuvo empleado en ese centro médico desde 2013 hasta que fue suspendido de sus funciones en marzo de 2023, tras su arresto inicial.

Hace seis años afirmó que había sufrido una sepsis por una grave infección en sus piernas, y se sometió a una amputación doble de la rodilla para abajo en ambas extremidades.
En aquel momento nadie imaginó que aquel dramático desenlace podía haber sido una decisión voluntaria. Sin embargo, durante el juicio se descubrieron una atroz serie de hechos que lo incriminan como responsable de su doble amputación.
Según consignan la BBC y el Daily Mail, se comprobó que Hopper “usó hielo seco para congelar sus piernas” hasta el punto en que la única posibilidad para salvar su vida fuese la cirugía.

Una estafa millonaria y una parafilia sexual: el caso del cirujano Neil Hopper
Después de recuperarse tras su paso por el quirófano y terapias de rehabilitación para adaptar su vida diaria con el uso de prótesis, Hopper cobró 590.000 dólares como compensación de varias compañías de seguros médicos.
Afirmó que la causa había sido la sepsis de potencial mortal, y engañó tanto a sus colegas médicos como a las aseguradoras. El Tribunal de la Corona de Truro determinó que al ocultar que sus lesiones fueron autoinfligidas, por lo que lo acusaron de dos cargos por fraude.
El caso dio un giro inesperado cuando descubrieron que la motivación del hombre no era solamente material. “Hopper mantenía un interés sexual en la amputación, con una obsesión por extirpar partes de su propio cuerpo junto con la codicia de obtener dinero”, explicó el fiscal Nicholas Lee ante el tribunal.
Revisaron los discos rígidos de sus computadoras, y hallaron videos de lo que describieron como “pornografía extrema”. El juez James Adkin reveló: “El contenido y el nivel de daño registrado en esos clips es excepcionalmente alto, desde mutilaciones corporales hasta hombres sometiéndose voluntariamente a la extirpación de genitales”.
Las investigaciones policiales también vincularon a Hopper con Marius Gustavson, el líder noruego de una red internacional de “modificación corporal extrema” y responsable del estremecedor portal EunuchMaker, quien fue condenado a cadena perpetua en 2024, con un mínimo de 22 años de permanencia en la cárcel antes de poder solicitar libertad condicional.
El nexo entre ambos, que intercambiaron más de 1500 mensajes, y sus discusiones detalladas sobre amputaciones y métodos con hielo seco a través de la web, fue una de las evidencias claves que se presentaron en el caso.

En el análisis psicológico del acusado, los expertos consideraron que el cirujano, que es padre de dos hijos pequeños y mantiene un matrimonio de larga data con una mujer británica, padece un trastorno parafílico.
Hopper mantenía oculta su parafilia sexual a todo su círculo familiar. Una parafilia es un patrón persistente e intenso de intereses, fantasías o impulsos sexuales, que implica el sufrimiento y la humillación de uno mismo o de otra persona.
El temor de los pacientes de Neil Hopper tras enterarse de su condena
Hopper se había convertido en un “referente” de discapacidad y resiliencia desde que dio varias entrevistas en programas de televisión de amplia audiencia en Gran Bretaña.
Incluso había recibido el premio Brave Briton, que reconoce “actos de excepcional valentía y altruismo” en todo el Reino Unido, entregados por la compañía Amplifon, inspirado en la labor del fundador de la empresa especializada en audición, Charles Holland, en tiempos bélicos.
Aquel perfil de superación quedó muy atrás. En la audiencia admitió dos cargos de fraude y tres por posesión de pornografía extrema, y fue condenado a dos años y ocho meses de cárcel. Cuando la noticia llegó a los titulares de los tabloides británicos, el sistema de salud fue puesto en la mira, y los ex pacientes del cirujano exigen respuestas.
El Royal Cornwall Hospitals NHS Trust, donde Hopper trabajó desde 2013 hasta su arresto, declaró ante la BBC que “las condenas no tenían relación con su conducta profesional en el hospital”.
La policía de Devon y Cornwall también confirmó que ninguna investigación detectó evidencia de daño a ninguno de los pacientes que atendió durante su larga experiencia laboral.

“Se realizó una revisión exhaustivas mediante la contratación de un experto independiente y se concluyó que no hubo riesgo ni daño para los pacientes“, expresaron desde la clínica.
A pesar de estas garantías institucionales, antiguos pacientes, incluidos algunos a los que también se amputaron miembros, contactaron abogados para asesorarse sobre la posibilidad de ser víctimas de “negligencia médica”.
Algunos cuestionan si las cirugías que realizó el cirujano fueron “realmente necesarias”, y curiosamente hubo algunos expacientes que lo defendieron.
Jason Abbot fue atendido por Hopper en 2022 y le amputó el pie. Abbot declaró a la prensa local que “nunca tuvo dudas sobre la atención recibida”, y se mostró atónito por la condena del médico.
Mientras Hopper permanece tras las rejas con su licencia médica suspendida, la investigación continúa. Tras su arresto, se organizaron varias juntas sanitarias para confirmar su historial laboral, y las autoridades anticiparon que lo harán devolver “cada centavo” que obtuvo de las aseguradoras médicas.
Fuente: www.clarin.com