Decía que era “influencer de lujo” y engañaba a restaurantes con estrellas Michelin para comer gratis: terminó presa


Una mujer que vestía marcas de lujo, se movía en espacios exclusivos y posaba frente a cámaras profesionales fingía una vida de influencer gastronómica. Lo que pocos sabían era que, detrás de esa imagen inalcanzable, se ocultaba una mentira para comer gratis en restaurantes de renombre.
La protagonista es Pei Chung, de 34 años, residente, supuestamente, de un rascacielos frente al mar en Williamsburg, un barrio de Nueva York. En Instagram, presume tacones Prada, bolsos Louis Vuitton y cinturones Hermès mientras posa en distintos lujares de alta gama.
Ropa con logos vistosos de marcas, siempre maquillada y con una cámara profesional con la que se fotografiaba: así construyó la imagen de una influencer que se movía por restaurantes que muchos consideran inalcanzables.
Con ese estilo, no solo convenció a sus 16 mil seguidores, sino que, según la policía, también logró engañar a algunos de los locales gastronómicos más prestigiosos de la ciudad.
En su perfil mostraba platos de restaurantes Michelin y los describía con detalle, imitando el estilo de las influencers gastronómicas más destacadas.
Entre otras cosas, publicaba imágenes del cordero de Colorado de la brasserie europea Francie y de los cortes marmolados de Peter Luger, dos sitios emblemáticos de Nueva York.
El material parecía ser parte de su trabajo como creadora de contenido; sin embargo, la policía asegura que Chung aprovechaba esa puesta en escena para estafar. Según fuentes policiales citadas por The New York Post, Chung fue arrestada cinco veces desde octubre por consumir comida en restaurantes de lujo y negarse a pagar.
Su método habría sido siempre el mismo: entrar vestida “de punta en blanco”, pedir platos caros y luego afirmar que pagaría la cuenta con publicaciones en redes sociales. Para reforzar su papel, llevaba equipo de iluminación y hablaba como una influencer contratada.
El restaurante Francie fue una de las primeras víctimas. El 22 de octubre, Chung se dio un festín con foie gras, carpaccio, bucatini, cordero y mousse de chocolate por un total de 188 dólares.
Cuando llegó el momento de pagar, “quería intercambiar fotos y una publicación por la comida”, dijo John Winterman, dueño del restaurante. Al no aceptar la propuesta, intentó pagar con sus tarjetas pero todas fueron rechazadas. Entonces, ella aseguró que esperaba dinero de su familia.
Según Winterman, volvió varias veces al local en días posteriores, pero ya no le permitieron ordenar. El 7 de noviembre regresó, pidió comida por 83 dólares y nuevamente se negó a pagar, lo que terminó con su arresto.
Cuatro días después, intentó repetir el mismo esquema en Motorino Pizza y fue nuevamente detenida por presunto robo de servicios.
Su conducta alcanzó un punto insólito en Peter Luger, donde disfrutó de uno de los cortes más emblemáticos del restaurante. Mientras en su blog describía el filete como “una seda que se derrite con el aroma del roble”, la realidad era distinta.
Un gerente aseguró que la “falsa influencer” desapareció 45 minutos para evitar pagar y que la encontraron escondida en el baño. Cuando finalmente salió, según el local, habría intentado ofrecer favores sexuales al camarero para saldar la cuenta.
Mientras enfrenta citaciones judiciales por hurto de servicios, su cuenta de Instagram sigue activa, aunque en los últimos días dejó de publicar tanto en el feed como en las historias.
El futuro de su imagen es incierto, de ahora en más queda pendiente saber si sus seguidores seguirán creyéndole tras conocerse las denuncias.
Fuente: www.clarin.com



