De escalador rebelde a ícono del ecologismo: quien es Yvon Chouinard, el multimillonario que fundó Patagonia


En un mundo donde la mayoría acumula, él decidió soltar. Yvon Chouinard, fundador de la marca Patagonia, sorprendió al mundo cuando anunció que donaba el 100% de su empresa para proteger el medio ambiente. No fue un gesto simbólico, sino una declaración de principios: el dinero no era su meta, sino la naturaleza.
Hoy, a los 86 años, Chouinard es mucho más que un empresario. Fue escalador, surfista, kayakista, cetrero y escritor, y dedicó su vida a demostrar que los negocios y el cuidado del planeta pueden convivir. De aquel joven que trepaba paredes en Yosemite a uno de los hombres más admirados del ecologismo global, su historia es la de alguien que cambió el capitalismo desde adentro.
En la década del ’60, Ivon Chouinard se destacó como escalador. Fue uno de los pioneros de la actividad en el valle de Yosemite, también en California. Se lo considera uno de los principales escaladores de la “Época dorada de la escalada en Yosemite”, lo que lo convirtió en uno de los protagonistas de la película rodada sobre esta época: Valley Uprising.
En 1964 estuvo en el primer ascenso del North America Wall y no empleó ninguna cuerda fija. A año siguiente repitió la hazaña en la Pared Muir, en El Capitán. De este modo, Ivon Chouinard se convirtió en el mejor defensor de ese estilo, la base de la escalada de roca moderna.
En ese momento, con su estilo libre, vivía en su auto y se alimentaba en base a latas de comida para gatos que compraba a cinco centavos cada una.
Yvon, con 14 años, comenzó su actividad como escalador y miembro del Club de Cetrería de California del Sur. A partir de ese momento nacen sus ganas de especializarse en la confección de ropa y complementos para realizar actividades al aire libre.
Finalmente en 1973, 20 años despues, se fundó Patagonia. La marca está valuada en unos 3.000 millones de dólares y obtiene unos 100 millones de beneficios anuales. Sin embargo, el empresario siempre priorizó su compromiso con el medio ambiente y su vida no tiene nada de lujos.
Aún hoy, siendo multimillonario, se viste con ropa vieja y usada, maneja un coche Subaru destartalado y reparte su tiempo entre sus modestas residencias en Ventura y Jackson, en Wyoming.
Según The New York Times, el fideicomiso preservará la independencia de la compañía y garantizará que todas las ganancias se utilicen para combatir el cambio climático y para proteger las tierras no urbanizadas en todo el planeta.
En esta línea, escribió un libro: “Que mi gente vaya a hacer Surf”. A lo largo de sus páginas desgrana su idea del trabajo y el compromiso con el planeta.
Fuente: www.clarin.com



