Cumbre del hip-hop en River: Kendrick Lamar y los teloneros Ca7riel & Paco Amoroso, en una noche espectacular

El programa era imbatible: una visita del legendario Kendrick Lamar y la presencia como teloneros de Ca7riel & Paco Amoroso, la gran revelación local del hip-hop, funk y música urbana del último año, que explotó en popularidad con su extraordinario Tiny Desk Concert.
Semejante doblete logró lo que no ocurre casi nunca: la mayor parte del público llegó temprano para ver al artista invitado, y así fue como el estadio de River estaba completamente lleno cuando se volvieron a prender las luces tras el show de la dupla local.
El resultado no defraudó a nadie: Cato y Paco estuvieron a la altura y presentaron un set impecable en el inmenso escenario del Monumental, con una numerosa banda propia, enormes inflables con sus caras, buen uso de las pantallas y una extensión de una hora, todos elementos poco habituales para un telonero.
Kendrick, por su parte, confirmó las cualidades que lo convirtieron en número uno desde su debut solista en 2011, a todo gangsta-rap y bajo la tutiría de nada menos que el productor Dr. Dre, sumando más adelante elementos propios del funk, soul y jazz
Antes de recibir a Kendrick, el Monumental ya ardía de expectativa: no solo por la llegada del headliner, sino también por el primer show en mucho tiempo de Ca7riel & Paco Amoroso en Argentina. A las 19.30 comenzó a sonar una música orquestal y lemtamente tomaron forma gigantesca dos grandes inflables con sus caras.
Lo acompañó una banda completa (teclados, bajo, guitarra, tres vientos, percusión y batería) y la dupla arrancó en sus ya habituales banquetas encima de un inmenso tarro de “papota”, ambos vestidos con campera, pantalón y pañuelo estampados con titulares de diarios y revistas de los años ’90.
Cato y Paco se alternaron la prmera voz y ambos complementaron con coros en temas como Dumbai, Baby gangsta, Mi diosa, A mí no e Impostor, donde hubo funk y hasta Ca7riel sumó un gran solo de guitarra.
Tras Mi deseo y Re forro llegó La que puede puede, donde bajaron al piso del escenario y cerraron el tramo más Tiny Desk del show. Siguieron temas de base más electrónica y con lásers como Sheesh, más los momentos solistas McFly y Todo el día.
El cierre fue con Ola mina XD, Como hielo, #tetas, El día del amigo y El único, no sin antes decir “Estamos muy contentos de estar. Nos faltó estar acá este año y sé que era una cuenta pendiente”.
Kendrick Lamar, por su parte, desplegó desde las 21.10 toda la potencia de su Grand National Tour, en un regreso largamente esperado por el público argentino, que lo había visto por primera vez en el Lollapalooza de 2019.
Con Wacced out murals y Squabble up, las canciones que abren el disco GNX, el estadounidense inició una recorrida por su discografía, donde alternó clásicos con temas más recientes.
La puesta inicial fue austera, con un uso entre cinematográfico y experimental de las inmensas pantallas con calidad HD y golpes de efecto con enormes llamaradas y fuegos artificiales.
Se sumó también un cuerpo de ocho bailarines y la estructura del repertorio tomó la forma de cuatro actos, donde por ejemplo se desplegó un gran telón de fondo mientras se armó una altísima escalinata donde Kendrick cantó varios temas.
En la lista no faltaron N95 de Mr. Morale & The Big Steppers (2022), King Kunta de To Pimp a Butterfly (2015), Element de Damn (2017) y tv off, su tema con Lefty Gunplay. La gente no paró de corear, bailar, fumar y mostrar sus caras de felicidad pura, disfruitando especialmente de Humble, A good kid, Bitch don’t kill my vibe y un cierre con Not Like Us y Gloria.
En un River donde no se habilitaron las tribunas superiores, 50 mil personas se dieron el gusto de ser testigos y partícipes de una noche histórica para los fans del hip-hop.
Fuente: www.clarin.com