Cuál es el superalimento que podría revolucionar la agricultura de la Patagonia

La Patagonia, conocida por sus paisajes imponentes y su biodiversidad, ofrece un sinfín de posibilidades para innovar en el campo de la agricultura. En los últimos años, las miradas han comenzado a dirigirse hacia cultivos menos tradicionales, buscando alternativas sostenibles, adaptadas al desafiante clima de la región.

El crecimiento del interés por los llamados “superalimentos” genera nuevas oportunidades para los agricultores de diferentes regiones. Cultivos que alguna vez fueron exclusivos de ciertos ecosistemas ahora se exploran en territorios inesperados, con sorprendentes resultados.

La necesidad de diversificar la producción agrícola y encontrar alternativas más rentables está impulsando algunas investigaciones. Las condiciones ambientales de la Patagonia, con sus bajas temperaturas y fuertes vientos, presentan desafíos, pero posibilidades que podrían cambiar el paradigma de la agricultura local.

En este contexto, desde hace algunos años, un cultivo típico del norte argentino, la quinoa, encuentra nuevos horizontes.

Quinoa en la Patagonia: el superalimento que podría revolucionar la agricultura local

Las semillas de quinoa (Chenopodium quinoa) son bien conocidas como un “superalimento” por sus cualidades nutricionales y por su capacidad de favorecer la salud cardiovascular, reducir la cantidad de triglicéridos y colesterol, y mantener una presión arterial saludable.

Quinoa. Plantas sembradas en La Patagonia. Neuquén./ Imagen del sitio Bichos de Campo.Quinoa. Plantas sembradas en La Patagonia. Neuquén./ Imagen del sitio Bichos de Campo.

En 2021, según el sitio Bichos de Campo, el INTA descubrió que, en la localidad neuquina de Varvarco, cerca de la Cordillera, el trabajo de mapuches y criollos había logrado el desarrollo de la quinoa.

Los investigadores del INTA comenzaron a trabajar en conjunto con esas comunidades para resguardar el material genético, estudiar la forma en que circula y aportar conocimientos para desarrollar su producción.

La introducción de la quinoa en Neuquén habría comenzado en 2012. Si bien la planta tiene gran adaptabilidad, tolerancia a la escasez de agua y resistencia a distintas plagas, las pequeñas familias productoras encontraron limitaciones para su desarrollo, en especial, durante la temporada seca.

Por otra parte, según informa el sitio Más Producción, varios investigadores comenzaron a explorar el potencial de la quinoa en la Patagonia. Entre ellos, el Ingeniero Agrónomo César Mignone, docente de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo).

Mignone explica que su experiencia con la quinoa comenzó en Buenos Aires, donde trabajó con diferentes poblaciones del cultivo. Al trasladarse a la Patagonia, decidió realizar experimentos para multiplicar las semillas de quinoa en parcelas adaptadas a la región.

“Este cultivo tiene una particularidad: es autóctono de Sudamérica, principalmente de las zonas andinas, y posee varios ecotipos o lugares de origen”, le dijo al sitio.

Estos ecotipos incluyen las variedades de los valles interandinos, del altiplano, de los salares del sur de Bolivia, de la yunga subtropical y las del nivel del mar, provenientes del centro y sur de Chile. Este último grupo, tal como había comprobado el INTA, resulta particularmente prometedor para el Alto Valle.

El trabajo de Mignone y otros especialistas demuestran que la integración de cultivos tradicionales en nuevos territorios no solo es posible, sino también necesario para enfrentar los retos del cambio climático y la creciente demanda de alimentos saludables.

Fuente: www.clarin.com

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