Cómo es Blair House, la residencia que usará Javier Milei frente a la Casa Blanca

Lo primero que llama la atención al recorrer la Blair House es el lujo sobrio, de buen gusto, que mantiene en vilo los ojos del visitante ante tantos tesoros y detalles que esa mansión histórica, frente a la Casa Blanca, alberga en cada rincón.
Allí el presidente Javier Milei ingresará este lunes por la noche y se unirá al selecto club de líderes que se han alojado en “el hotel más exclusivo del mundo”, como se conoce a esa residencia de ladrillos rojos con paredes tapizadas en seda y arañas de finos caireles, no solo por sus lujos y comodidades sino porque por allí han transitado las personalidades más importantes de la historia mundial ya que se utiliza principalmente como casa de huéspedes del presidente de los Estados Unidos desde la década del 40.
Milei arribará a la mansión pasada esta medianoche, después de aterrizar en Washington, para reunirse el martes a las 11, hora local, con Donald Trump en la Casa Blanca. Alojarse allí es considerado un gesto del republicano porque solo se accede por una invitación personal y no todos los mandatarios que visitan a un presidente estadounidense pernoctan en la mansión sobre la avenida Pennsylvania.
Por los salones de la Blair House también transitaron otros presidentes argentinos: Carlos Menem durmió allí en 1999 y Fernando De la Rúa en 2000, ambos invitados por Bill Clinton, y Mauricio Macri en 2017, como huésped de Trump en su primer mandato.
El complejo, que en su versión original eran 4 casas separadas construidas en 1824, cuenta ahora con 120 habitaciones que ocupan unos 6.000 metros cuadrados, entre los que se encuentran 14 dormitorios para los invitados.
En una recorrida previa por la mansión, Clarín fue testigo de la sucesión de salas, salones escritorios y bibliotecas tapizadas con paredes enteladas, alfombras de seda, sillas de terciopelos y valiosas reliquias como jarrones de porcelana china, relojes de pie antiguos, retratos y bustos de ex presidentes y otras piezas asombrosas. Los detalles quitan el aliento, como por ejemplo los murales en las paredes con distintos paisajes de Washington o el empapelado chino verde brillante pintado a mano del siglo XVIII del salón Lee, uno de los sellos de la Blair House.
En cada rincón hay verdaderos tesoros. En uno de los pasillos, por ejemplo, se ve una foto en blanco y negro de Harry Truman y Winston Churchill, en 1949, reunidos en esa mansión. Es que en esa época el entonces presidente y su familia vivieron por casi 4 años, durante la reconstrucción de la Casa Blanca que presentaba problemas estructurales.
La Blair House, además, es el lugar donde pasan la noche los presidentes de Estados Unidos el día antes de asumir su mandato. También es un lugar muy significativo para la diplomacia estadounidense porque ha sido testigo de charlas privadas de presidentes como Andrew Jackson, Abraham Lincoln y otros que se cruzaban a negociar en un ámbito más privado y relajado.
Por allí han pasado visitantes ilustres como la reina Isabel, Charles De Gaulle, Nelson Mandela, Margaret Thatcher, Golda Meir, Tony Blair, Jiang Zemin,Francois Mitterrand, entre otros. “Ahora, como entonces, los presidentes de Estados Unidos continúan confiando en Blair House como una herramienta importante de política exterior”, dice la fundación que la administra.
Entre los miles de tesoros que la casa encierra se destacan una carta enmarcada de 1862 de Lincoln con su caligrafía desprolija y el escritorio donde el presidente solía trabajar durante sus visitas. Y un detalle clave: los huéspedes de Blair House son bienvenidos a abrir su laptop y trabajar allí también, justo en el lugar de Lincoln. “Los muebles se pueden usar”, dice Matthew Wendel, el manager de la mansión. “No queremos ser un museo. Queremos ser un hogar”, afirma.
Como es tradición, la Blair House lucirá la bandera argentina en su frente, como gesto hacia el invitado internacional.
El presidente Milei, su hermana Karina y quizás algunos de los ministros que acompañen al jefe de la Rosada no tendrán demasiado tiempo para aprovechar las comodidades y bellezas de la mansión. Llegarán pasada la medianoche del lunes y dormirán pocas horas en amplias camas con baldaquino, entre las sábanas de seda bordadas con las iniciales de la Blair House. Luego desayunarán con teteras de plata y la vajilla de porcelana Tiffany diseñada especialmente para la mansión y a las 11 del martes tienen que estar listos para la reunión con Trump.
Antes de partir de regreso a Buenos Aires, el lunes por la noche, Milei firmará el libro de visitas de la casa, encuadernado de azul, que se encuentra sobre otra valiosa pieza de la mansión, una mesa especial de caoba de la Biblioteca de la Regencia Inglesa de alrededor de 1820. El libertario dejará allí el sello de su paso por la histórica residencia, que apenas podrá disfrutar.
Fuente: www.clarin.com