Caminó con una heladera en la espalda durante más de 100 km para cumplir una emotiva promesa: “Por mi esposa”

En la mente de un hombre, hubo una conversación que quedó resonando. Esta charla, había tenido con su compañera de vida, era sobre una iniciativa. Se trataba de un desafío que él, alentado por ella, se había comprometido a concretar. Al final, tiempo después, pudo completar el reto. Y se esforzó por lograrlo debido a un motivo especial.
Un ciudadano británico caminó más de 100 kilómetros con una heladera en su espalda para cumplir una promesa que le había hecho a su difunta esposa. Además, lo hizo por una causa solidaria. Su proeza captó la atención de millones de usuarios.
El protagonista de esta historia se llama Matt Jones y en las redes es conocido como “The Fridge Freezer Man“. Este hombre de 42 años, de acuerdo con la biografía de su cuenta de Instagram, es un exmilitar de élite que en la actualidad se dedica al rubro de la construcción. A su vez, tiene como pasión el senderismo de montaña.
El origen de un duro desafío
Todo comenzó en 2018, cuando Matt se dispuso a participar del Llangollen Round Challenge: este es un reto extremo en el cual los participantes deben hacer una larga ruta de senderismo de alta montaña ―en total, son 33 millas, 53 kilómetros― que recorre todas las cumbres alrededor del Valle de Llangollen, en Gales.
En aquella oportunidad, según su relato publicado en una página de recaudación de fondos, Matt sufrió una fractura de tobillo y una laceración en su tendón de aquiles mientras caminaba los primeros kilómetros del Llangollen Round Challenge.

A pesar de las advertencias de los médicos, quienes le habían aconsejado al ciudadano británico abandonar el reto, él optó por continuar con el desafío. “Estúpidamente decidí completar el reto: caminé los kilómetros restantes soportando las lesiones“, contó al respecto.
A raíz de esta situación, Matt terminó internado en el hospital y requirió de dos cirugías. Estos desajustes en su cuerpo provocaron que el hombre tuviera más inconvenientes de salud a lo largo de los años. “Mi cadera se deterioró y necesité de una operación”, admitió.
Una emotiva promesa
En septiembre de 2024, el exmilitar de élite se sometió a una cirugía de reemplazo de cadera. Cuando se despertó en la habitación del hospital, su esposa Vicky estaba a su lado, acompañándolo.
Al cabo de un rato, apareció el cirujano y le dio un consejo: “Me explicó que tenía que parar un poco con la actividad física y que causaría más daño a otras partes del cuerpo si no le hacía caso“.
Enseguida, Vicky le aclaró al médico que su marido era muy “cabeza dura“. “Ella le avisó al cirujano: ‘Conociendo a este loco, la próxima vez intentará hacer el mismo reto extremo, pero con una heladera en la espalda'”, recordó.
A continuación, Matt se tomó en serio las palabras de su esposa y pactó una promesa con ella. “Le contesté que haría el Llangollen Round Challenge, aunque en esta oportunidad caminaría el doble y con una heladera en la espalda. Entonces, Vicky me respondió ‘apuesta aceptada‘ con una sonrisa en su rostro“.

La charla sobre ese asunto concluyó en ese momento. Sin embargo, Matt no lo olvidó. “En noviembre de 2024, Vicky me habló del tema otra vez y me dijo que yo sería capaz de concretar el reto extremo”, aseveró.
En diciembre de 2024, dos días antes de Navidad, Vicky murió de manera trágica. Matt se quedó al cuidado de sus cuatro hijos, menores de edad.
“Nunca pensé que realmente sería capaz de llevar a cabo el desafío después de la operación, pero Vicky me tenía fe. Ella era un regalo de vida para mí, una fuerza de la naturaleza. Mi esposa contaba con la increíble capacidad de dar a la gente la confianza necesaria para superarse, haciéndolos sentir cómodos cuando no lo estaban”, la definió.
Un día, en enero de 2025, los hijos de Matt le mencionaron durante una charla la apuesta que había hecho con su madre. “Ellos me preguntaron si me encontraba dispuesto a cumplir con lo pactado. Y yo les contesté de manera afirmativa: ‘Sí, era una promesa'”, indicó.
El reto extremo por un motivo especial
Matt entrenó como nunca antes. Se preparó de manera física y mental para el gran día. Sabía que no iba a ser fácil, aunque estaba dispuesto a intentarlo. “Sin duda, el entrenamiento más duro que hice. Las montañas convirtieron en mi religión“, reflexionó.

El 31 de mayo, cargó una heladera de 40 kilos en su espalda, con la ayuda de un soporte especial, y empezó a llevar a cabo su promesa.
Afortunadamente, lo consiguió: con la heladera en su espalda, recorrió más de 100 kilómetros ―lo equivalente al doble del trayecto del Llangollen Round Challenge― por el Valle de Llangollen en un lapso de 34 horas.
En los momentos más duros de la caminata, tuvo presente a su esposa e hijos para no rendirse.

Por otro lado, gracias a su proeza, logró recaudar 55 mil libras esterlinas ―es decir, cerca de 74 mil dólares estadounidenses― para ayudar a un hospital infantil de la frontera de Gales
Por su parte, Matt quiere que la hazaña sirva como un homenaje a su esposa. “Vicky era hermosa, por dentro y por fuera. También era cariñosa, atenta, leal, generosa, comprometida, positiva y valiente. Iluminaba todas las habitaciones en las que estaba, deslumbraba y cautivaba a todo el que la veía”, opinó.

A su vez, acotó: “Me siento tan afortunado de haber conocido y pasado 20 años con la mujer más increíble, hermosa y extraordinaria. Algunas personas pasarán toda una vida y no conseguirán ni un pequeño porcentaje de los recuerdos y el amor que ella creó para todos nosotros. Ella es verdaderamente especial. Vicky fue un regalo. Un regalo muy especial”.
Fuente: www.clarin.com