Asfixió a su hijo de 11 años que tenía autismo y admitió que lo hizo para dejar de mantenerlo

La ciudad de João Pessoa, en el noreste de Brasil, quedó conmocionada por el crimen que un niño de 11 años, con autismo y discapacidad visual que fue asesinado por su propio padre.

El caso salió a la luz cuando el hombre, identificado como Davi Piazza Pinto, confesó el homicidio ante la Policía Civil de Paraíba. Luego de su declaración, fue detenido en Florianópolis, en el estado de Santa Catarina.

Desde la comisaria declaró haber matado al niño, Arthur Davi, para no continuar pagando la manutención que rondaba los 1.800 reales por mes (unos 339 dólares), según el delegado de la Policía Civil, Bruno Germano en una entrevista con la radio CBN João Pessoa.

Mientras avanza la investigación, los detalles revelados por la policía y por la madre del niño exponen una historia familiar atravesada por la distancia, la separación y un vínculo que, según ella, se había debilitado en los últimos años.

La relación entre Davi y Aline Lorena, la madre de Arthur, había terminado luego de varios años juntos. Tras el embarazo, él continuó ayudando con la manutención y mantuvieron contacto para que el niño creciera cerca de ambos.

Esa cercanía cambió cuando comenzaron a mudarse a distintas ciudades. En 2022, Aline se trasladó con Arthur a João Pessoa, mientras que Davi se radicó en Santa Catarina. Con más kilómetros entre ellos, la convivencia entre padre e hijo se volvió esporádica.

A pesar de pagar la cuota alimentaria con regularidad, el asesino argumentó que estaba enfrentando dificultades económicas por lo que no podía sostener el mismo monto si el niño se mudaba con él, una posibilidad que ambos habían evaluado para favorecer la convivencia.

Según la investigación policial, el hombre viajó desde Santa Catarina hacia Paraíba con el pretexto de ayudar a cuidar a su hijo. Contactó a la madre, pidió verlo y acordaron un encuentro en el barrio de Manaíra, en João Pessoa, de donde ambos son oriundos.

Aline preparó todo lo que el niño necesitaría para los días que estaría con su padre. Antes de despedirse, le pidió que la mantuviera al tanto de cualquier incomodidad o irritación de Arthur durante la visita.

La policía asegura que el crimen ocurrió durante ese período. Tras asfixiar al niño, Davi trasladó el cuerpo hasta el barrio Colinas do Sul, donde lo enterró en un terreno cercano a una fábrica abandonada.

El cuerpo fue hallado dentro de una bolsa negra, parcialmente cubierto de tierra. El informe del Instituto Médico Legal confirmó que la causa de muerte fue asfixia por sofocación.

Según informó TV Cabo Branco con capturas de mensajes de WhatsApp, tras cometer el crimen, el padre continuó mensajeándose con la madre de su hijo como si el niño siguiera con vida.

El medio especificó que el hombre respondió con naturalidad a las consultas de Aline sobre el bienestar del pequeño, asegurándole que “estaba bien”, cuando, de acuerdo con los peritos, Arthur ya había sido asesinado.

Los mensajes ocurrieron por la mañana del sábado 1° de noviembre . A las 8:14, Davi le avisó a Aline que estaba saliendo del lugar donde se hospedaba junto al niño, quien había quedado bajo su cuidado desde el día anterior.

La madre le preguntó si había comido y si había ido al baño, además de pedirle una foto para ver cómo estaba. Davi respondió que se la enviaría “cuando pudiera” y mantuvo un tono cotidiano, ocultando lo que ya había sucedido.

Durante el entierro del niño en el cementerio Cristo Redentor de João Pessoa, Aline contó a medios locales que durante años insistió para que el padre se involucrara más en la vida de su hijo, y aseguró que su presencia era tan o más importante que el dinero.

Recordó que la relación entre ambos se había deteriorado y que, antes de la última visita, él incluso le habló de la posibilidad de retomar la relación de pareja, en un intento de acercarse de nuevo.

Aline dijo que continúa sin comprender lo ocurrido. Para ella, no existe explicación posible para el asesinato de Arthur. “Sin fundamentos sólidos, no hay explicación. Nada tiene sentido para mí, absolutamente nada. Y nada lo justifica”, expresó con indignación y dolor.