Agustina Macri: “Filmar una película te da la posibilidad de mirar todo lo que pasa”


Se estrena la segunda película de Agustina Macri, Miss Carbón. La primera, titulada Soledad (2018), se basó en la vida de la anarquista María Soledad Rosas. Ahora también eligió a una persona real y más cercana, la minera Carla Rodríguez, que es interpretada por la actriz estadounidense-chilena Lux Pascal. Es una coproducción con España, lugar actual de residencia de la directora. El guion es de Erika Halvorsen y Mara Pescio y está basado en el libro que publicó Halvorsen titulado La reina del carbón. En el elenco se entrecruzan intérpretes argentinos con chilenos: Laura Grandinetti, Gabriela Pastor, Romina Escobar, Leixandre Gómez Davi, Simone Mercado, Federico Marzullo, Agostina Inella, José Román y el español Paco León.

La historia real es la de Carlos Rodríguez, transformado en Carla, que quiere seguir su vocación de ser minera, pero para eso debe luchar contra el mito que existe que las mujeres traen mala suerte en las minas. Hoy Carla tiene su identidad femenina, como la actriz que la interpreta, nacida como Lucas Balmaceda y en la actualidad es Lux Pascal.

—Volvés a una historia de una persona que existe, ¿por qué?

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El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

—Creo que la historia real tiene una fuerza propia. A mí me sostiene, hay algo de llevar adelante el mensaje o la responsabilidad de otra vida, con todo lo que eso conlleva. Cuando una elige un proyecto o una película, es tan largo el proceso que personalmente me motiva más despertarme y decirme: “Estoy haciendo una película por pasión, amor y elección, pero también saber que estaba haciendo esto por Carlita”. Quise llevar su historia al mundo.

—¿Cómo la conociste?

—Nos encontramos por primera vez en Río Turbio, provincia de Santa Cruz. Sentí algo muy espiritual, como si fuéramos hermanas de otra vida. Estuvo muy presente durante toda la filmación, pero nunca ejerció presión. Fui creando una “Carlita” para la pantalla, pero también tiene rasgos de Lux, quien la interpretó y le dio su impronta. Carla vio la película terminada frente a trescientas personas en el debut en Madrid. Lloramos todos y ella dijo: “Agradezco estar viva y haber vivido esto”. Para mí tiene que ver con la responsabilidad y el plus de trabajar con alguien que está al lado tuyo y que tuvo una historia tan potente. Ella está dentro de la mina ahora, en este instante.

—¿Dónde la filmaste?

—Empezamos en Bilbao, España, en abril, donde hay minas de plata, y tuvimos la posibilidad de hacer interiores reales. Las paredes, el material y la humedad, además de la acústica, eran mejores que las de carbón. Luego vinimos a Río Turbio, que fue una experiencia muy poderosa, cruda y al mismo tiempo real. Tuvimos mucho frío, porque estaba convencida de que la nieve nos iba a dar una potencia fotográfica que en otros momentos del año no la íbamos a tener. Las imágenes de la cordillera y esos cielos son del sur argentino.

—Se estrenó la película “Belén”, que trata el tema del aborto, y la tuya se focaliza en la identidad, incluso sumás imágenes de cuando se votó la ley de género. ¿Es una respuesta a lo que sucede en el mundo con estos derechos?

—Hay discriminación, no solamente en la Argentina: es mundial. Las ultraderechas no soportan la diversidad, ni el crecimiento, ni la independencia de las mujeres. Nosotras empezamos a empujar esta película en 2022 y estábamos en otro momento. Para mí todavía tenemos pendiente contar muchas historias de mujeres, de injusticias y de lucha por los derechos, como es el caso de Belén o el de Carlita, y el de otras más. Ahora se ve exacerbada esta necesidad cada vez más por el contexto.

—Elegiste una actriz transgénero como Lux Pascal…

—Fue como un aprendizaje todo el proceso con ella, como también lo es con cada uno de los actores y actrices con los que trabajo. Intenté con humildad acercarme y tratar de ser canal de lo que podía, de lo que sabía y de lo que no. Ella tuvo una infancia y una adolescencia en diferentes países y siento que su cabeza está bastante abierta. Hoy se está afirmando y afianzándose en su lugar de mujer y que haya elegido esta película para salir al mundo me parece muy valiente de su parte. Tanto Carlita como Lux, como cada una de las mujeres trans que vivieron todo lo que vivieron, son valientes. En la película confluyeron tres generaciones, las que aparecen o son chilenas o argentinas lucharon muchísimo por derechos muy básicos y todavía siguen en la lucha.

—¿Fue el primer nombre que surgió para “Miss Carbón”?

—Cuando empezamos a pensar y a soñar, siempre supimos que queríamos una actriz trans, y de los nombres que fueron surgiendo arriba de la mesa apareció Lux y dijimos “vayamos por ella”. Fue siempre nuestra primera y única opción. Más allá de que al principio ella tuvo un poco sus reservas, pero lo que la decidió fue que el énfasis estuviera más puesto sobre el sueño de Carlita de ser minera y no tanto en su proceso de transición. Erika (Halvorsen) como guionista y yo como directora no queríamos subrayar lo sexual porque está muy contado y explorado en el cine.

—¿Cuál fue el cuidado que tuviste al filmar escenas de desnudos?

—Para mí debe haber mucho cuidado porque siento que es un momento de máxima entrega para cualquier actriz y actor. Me ayudó mucho una coach de intimidad que tuvimos en España. Ensayábamos primero antes de filmar. Además, Lux es muy fotogénica y daba muchas posibilidades. Se toman varios recaudos en el set, más allá de tener un director de fotografía hombre, la asistente era mujer y se armó un entorno íntimo y cuidado.

—¿Cómo fue la recepción en España de la película y qué camino emprenderá?

—Creo que España es un país donde se vive con mucha libertad y sentí que recibieron la película con mente abierta y emoción. Vamos a cerrar el Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic 21), ya que Lux Pascal también es chilena. Después nos vamos a San Sebastián a proyectarla en una sección que se llama “Made in Spain” y también iremos al de Roma.

—¿Por qué hay una escena de la película “Camila”?

—Fue mi pequeño homenaje a María Luisa Bemberg, una de las primeras mujeres que filmaron en la Argentina, la admiro muchísimo. Además, me gustaba el contraste de mostrar esa chispita romántica que tiene Carlita dentro suyo con la rudeza del trabajo que eligió. Ella hackeó el sistema, ya que gracias a su lucha hoy hay otras mujeres trabajando dentro de las minas: dejaron de estar mal vistas. Se decía que se derrumbaban las minas si entraban. Cuando terminamos de filmarla, ella era la única minera de la Cuenca Carbonífera de la Patagonia Argentina, y hoy ya trabajan cinco o seis.

—¿Qué te aportó la sociología al mundo del cine?

—Creo que la sociología es como una herramienta de supervivencia. Me recibí en la UBA, fui muy estudiosa y lo hice rápido porque promocioné todas las materias. Despertó en mí ese primer impulso ya que venía sacando fotos desde que era chica, y al cursar Cine y Fotografía Documental dije esto es lo mío. Filmar una película te da la posibilidad de mirar todo lo que pasa, que se amplifique y que llegue a los cines y luego a una plataforma. Te lleva al mundo.

—¿Después qué nueva historia te espera?

—Estoy bastante encaminada para hacer otra película en Italia sobre el libro de Elena Ferrante La amiga genial. Es la historia real de una ludópata, que ya está en recuperación. La adicción al juego es un tema que siempre se cuenta desde el punto de vista de los hombres. Es muy interesante entrar a través de una mujer y ver qué le pasa.



Fuente: www.perfil.com

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