A más de 1.200 kilómetros y en al casa de su abuela: cayeron dos acusados de asesinar a un joven para robarle el auto en Escobar

La localidad de Escobar, en la provincia de Buenos Aires, y el Departamento de Belén, en Catamarca, están separados por más de 1.200 kilómetros. Y desde que Iván Ezequiel Pelayo (26) fue asesinado hasta la detención de sus dos principales sospechosos pasaron 410 días.
Quienes unen todos estos datos son un adolescente de 17 años y un joven de 28, que fueron detenidos como principales acusados del crimen de Pelayo, asesinado de un disparo en la cabeza cuando dos ladrones le robaron el auto a la salida de un supermercado en Escobar.
El homicidio quedó registrado en las cámaras de seguridad del local, ubicado sobre la calle San Nicolás y General Paz, en el Barrio San Luis de Escobar. Allí, un sospechoso vestido con un buzo con capucha azul, mochila y gorra roja ingresó pasadas las 20.30 del 28 de agosto de 2024.
Luego de merodear unos minutos en la zona de la caja, decidió salir. Afuera lo esperaba un cómplice, también con una bandolera cruzada, buzo gris y gorra roja. Cuando estaban a punto de irse se cruzaron con Pelayo, que bajó en ese preciso momento de su Nissan Versa para ir a comprar.
Sin dudar un segundo, los dos ladrones se fueron contra él y comenzaron a forcejear. El de buzo gris sacó un arma mientras su cómplice intentaba sacarle la billetera, el celular y las llaves del auto.
En un momento del ataque uno de los delincuentes disparó. El proyectil impactó en la cabeza de la víctima, quien quedó tirada sobre la vereda, justo frente a la puerta del supermercado.
Los ladrones tomaron la llave del auto y se escaparon. Pelayo fue traslado de urgencia a un hospital, donde ingresó con pérdida de masa encefálica y en estado crítico. Murió a las pocas horas por la gravedad de la herida que le causó el disparo.
Por el homicidio comenzó una investigación que derivó a los pocos días en la detención de dos vecinos de la zona, de 38 y 20 años, pero al no ser identificados en las ruedas de reconocimiento por testigos ni avanzar en pruebas contra ellos, fueron liberados.
Con el crimen de Pelayo impune, detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) de Zárate-Campana comenzaron a analizar las imágenes de las cámaras, el testimonio de testigos y análisis de los teléfonos celulares de los sospechosos.
El primero de los identificados fue un adolescente de 17 años, quien tuvo una particularidad en su detención: se hallado junto a su padre en la casa de su abuela, en la ciudad de Belén, en la provincia de Catamarca, a 1.247 kilómetros de la escena del crimen.
“Estaba en la casa de la abuela”, dijo a Clarín un investigador que participó de la detención.
Con el aval del Juzgado de Garantías del Joven del Departamento Judicial de Zárate-Campana, personal de la DDI junto con Homicidios de la Policía de Catamarca allanaron la vivienda donde lograron la detención del joven.
Hasta allí llegaron también por los registros de viaje de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), quienes tenían los datos del viaje en micro que había realizado el sospechoso hasta Catamarca.
En la vivienda se secuestró un teléfono celular, una tarjeta SUBE, computadoras y ropa que fueron de interés para la causa.
En otro procedimiento, realizado apenas unas horas después, personal de al DDI de Zárate-Campana detuvo al segundo sospechoso, identificado como Ariel Maximiliano Miño, de 28 años. La captura se realizó en Villa Fiorito, partido de Lomas de Zamora, luego de 36 horas de tareas encubiertas por parte de los investigadores.
Ambos están a cargo de la fiscalía de menores, quien caratuló al hecho como “homicidio agravado criminis causa”.
Fuente: www.clarin.com