Del ring a la fortuna: el legado millonario que Ricky Hatton dejó para sus hijos


Ricky Hatton, el campeón del boxeo que tristemente murió el pasado 14 de septiembre de 2025, dejó a sus tres hijos una fortuna valuada en 40 millones de libras esterlinas, más de 53,9 millones de dólares estadounidenses. Tras una exitosa trayectoria de 15 años en el cuadrilátero, el atleta consolidó un vasto imperio empresarial y mobiliario para garantizar el bienestar económico de su familia.

Según documentos oficiales a los que accedió el medio británico The Sun, Hatton destinó sus ganancias deportivas a la financiación de múltiples negocios. Durante su vida, el deportista se desempeñó como director en más de 20 firmas distintas. Así, logró que su riqueza creciera más allá de los premios obtenidos por sus combates.

La base de su patrimonio reside en una red de inversiones inmobiliarias. Su cartera incluye departamentos, desarrollos habitacionales y casas tanto en su ciudad natal de Hyde, en el área metropolitana de Gran Mánchester, Inglaterra, como en los condados de Leicestershire, Londres y Kent.

El boxeador analizó cada oportunidad de mercado para expandir su presencia en el sector de bienes raíces. Para agilizar la adquisición de propiedades, Hatton estableció su propia entidad financiera interna bajo el nombre de DHT Finance. Esta empresa prestó capital a sus otros negocios con el fin de adquirir activos de manera constante.

El origen de estos fondos proviene de sus peleas más icónicas a nivel mundial. En 2007, tras su victoria frente a Jose Luis Castillo, el boxeador ganó 2,8 millones de libras (37,8 millones de dólares). A pesar de sus derrotas ante Floyd Mayweather Jnr y Manny Pacquiao, el británico acumuló sumas de 7,4 millones (99,9 millones de dólares) y 6 millones de libras (8,1 millones de dólares), respectivamente, por dichas peleas.

Punch Promotions Ltd operó como el vehículo principal para la gestión de sus ingresos por el boxeo. Al momento de su muerte, esta firma contaba con un capital superior a los 16 millones de libras esterlinas, es decir, más de 21,6 millones de dólares. Este ente administrativo centralizó la mayor parte del flujo de efectivo que Hatton generó durante su etapa de esplendor en el ring.

Además de sus empresas, el exatleta poseía activos tangibles de alto valor en Gran Mánchester. Su residencia personal en Gee Cross está valuada en 1,75 millones de libras (236,2 millones de dólares). Asimismo, Hatton mantuvo la propiedad de un gimnasio de boxeo de última generación ubicado en la localidad de Hyde.

Los herederos directos de esta fortuna son sus hijos Campbell, de 24 años, Millie, de 13, y Fearn, de 12. “Muchos, muchos boxeadores, terminan su carrera y acaban en bancarrota o descubren que no tienen tanto dinero como pensaban. Ricky estaba decidido a asegurarse un legado financiero tras su increíble carrera y supo invertir con inteligencia”, dijo una fuente cercana a la familia, de acuerdo con The Sun.

“Todos los que conocían y querían a Ricky darían cualquier cosa por tenerlo de vuelta. Pero durante su vida hizo un gran trabajo al cuidar de las personas que más quería: sus hijos“, agregó.

Sin embargo, el éxito financiero no evitó los problemas de salud mental que enfrentó el campeón. Tras quitarse la vida en septiembre, a los 46 años, su familia lanzó una fundación que lleva su nombre. Este organismo busca la recaudación de fondos y el acceso a servicios de apoyo para personas que atraviesan crisis similares.

Su hijo Campbell Hatton se desempeña hoy como un defensor activo de la salud mental masculina. El joven utiliza el nombre de su padre para combatir el estigma que rodea a estos padecimientos. A través de la fundación, el mensaje central de la familia invita a que ningún luchador libre sus batallas en soledad.

Hatton fue una figura icónica del deporte británico y campeón mundial en las categorías de peso superligero y wélter. A lo largo de una carrera profesional de 15 años, el boxeador acumuló victorias memorables frente a leyendas como Kostya Tszyu y Jose Luis Castillo.

Su debut ocurrió en 1997 y su primer título llegó en 1999, hitos que marcaron el inicio de su ascenso hacia el estrellato internacional. El exdeportista, quien recibió la distinción de Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE) en 2007, destacó por su valentía y honestidad tanto dentro como fuera del cuadrilátero.

Fue su representante, Paul Speak, quien halló el cuerpo sin vida en su casa cuando fue a buscarlo para un viaje promocional en Dubái.

Fuente: www.clarin.com

Artículos Relacionados

Volver al botón superior