Un avión aterrizó tres veces más fuerte de lo normal, rebotó en la pista y destruyó su tren de aterrizaje: el video


Un avión Airbus A321XLR de la irlandesa Aer Lingus quedó inutilizado después de un aterrizaje brusco en el aeropuerto de Dublín, en Irlanda, que quedó registrado en alta definición por un youtuber.
En un video, compartido por el canal M_EIDW, se puede ver cómo el avión aterriza contra el suelo con tanta fuerza que rebota y destruye su tren de aterrizaje.
Por el tipo de rebote y la velocidad con la que el avión aterrizó, un usuario en X sugirió que el ejemplar registró una fuerza de aterrizaje de 3,3G, cuando la media es de 1G.
En la descripción del video, el usuario que lo grabó afirma que el avión aterrizó en condiciones de viento cruzado “muy difíciles”. “Este Shamrock A321NEO sufre una cizalladura del viento en el último segundo que resulta en un aterrizaje extremadamente duro”, explica.
Y añade: “Como informó Shauns_Aviation en X, este avión ahora está en tierra esperando reemplazos del tren de aterrizaje debido a este incidente”.
Shauns_Aviation, una cuenta especializada en aviación, el accidente se produjo el 13 de diciembre con un avión de tan solo un año de circulación. “El avión necesitará un tren de aterrizaje completamente nuevo, cuya construcción probablemente costará varios millones y tomará varias semanas”.
Operaba la ruta EI155 desde Heathrow a Dublín cuando aterrizó con fuerza en la pista 28L del aeropuerto de Dublín, detalló.
La “fuerza de aterrizaje” no se mide con un único número porque depende de cómo definas “fuerza”: a veces se habla de aceleración (los “g” que sentís), a veces de carga (cuánta “presión” estructural recibe el avión), y a veces de energía que el tren de aterrizaje tiene que absorber.
En la práctica, lo más común es medir la tasa de descenso justo en el toque de ruedas (feet per minute o m/s), la aceleración vertical del fuselaje (en “g”), y las cargas que pasan por el tren de aterrizaje (esfuerzos). Si escuchaste eso de “aterrizaje duro”, suele estar ligado a una combinación de alta tasa de descenso + pico de aceleración/carga.
¿Cómo se mide? Con sensores. Los aviones modernos llevan acelerómetros que registran el “golpe” vertical, y sistemas del avión (como el registrador de datos de vuelo, el famoso FDR) que guardan parámetros como velocidad vertical, actitud, configuración y, en muchos casos, la aceleración en el toque.
¿Y para qué sirve medirlo? Para decidir si hace falta una inspección post-aterrizaje. Si los datos muestran que el toque superó ciertos umbrales (por ejemplo, un pico de “g” o una tasa de descenso alta), el manual de mantenimiento puede pedir revisiones del tren, la estructura cercana, ruedas/frenos, etc.
Fuente: www.clarin.com



