“Me estoy acostando con su novia”: el joven turco que apareció asesinado en Cañuelas y la pista detrás de un compatriota prófugo

Efe Saravoglu tenía 24 años y había llegado hacía uno desde Turquía, su país natal. En la Argentina no tenía trabajo registrado ni estaba cursando estudios. Al joven le gustaba salir por las noches y conocer lugares. No tenía un domicilio fijo, vivía en distintos departamentos de alquiler temporal.

Saravoglu se movía en ambientes donde también lo hacían hombres y mujeres de su misma nacionalidad. En una de esas salidas conoció a Tunca Kent, de 32 años, quien llegó al país en 2023 y estaba en pareja con una mujer, pero se había casado con un hombre para obtener la ciudadanía permanente.

Kent manejaba un Peugeot 207 blanco con el que trabajaba como chofer de una aplicación de viajes. Sabía que a Saravoglu le gustaban mucho las mujeres y que su novia era una de ellas. No solo eso, sino que habían mantenido varios encuentros sexuales.

“Él sabe que su novia se está acostando con otros. Le envié muchas evidencias. Es un pibe cornudo. Su novia vino y me besó. Ella es un demonio”, le escribió Saravoglu a un amigo turco en referencia a la pareja de Kent.

En otro mensaje, el joven sostuvo que para él Kent “finge ignorancia. Es el cornudo más grande que he visto en mi vida”, agregó

“Me estoy acostando con su novia. El tipo nos ve salir de mi casa por la mañana, viene y me dice: ‘amigo, esperá un minuto, voy a hablar con ella’, y se va con la chica”, relató en otro momento de la comunicación.

Entre Kent y Saravoglu había un conflicto. El hombre estaba molesto porque su compatriota estaba teniendo una relación con su novia. Pero igual se seguían hablando.

El lunes 27 de octubre, cerca de las 23.15, Kent pasó a buscar al joven por el departamento donde estaba parando, sobre la calle Dorrego al 1600, en Palermo. Era un lugar que Saravoglu pagaba con una aplicación y que horas antes había arreglado con su dueña extender la estadía.

La investigación, a cargo del fiscal Pablo Recchini, de la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N° 30, estableció que con el auto fueron camino a San Miguel del Monte, una localidad ubicada a uno poco más de 100 kilómetros al sudoeste desde la Ciudad de Buenos Aires.

La antena del teléfono celular de Kent impactó entre a las 4.48 y 4.58 de la madrugada entre San Miguel del Monte y Cañuelas, para luego regresar a Capital Federal. Lo curioso fue que Kent había estado apenas unas horas antes, durante la tarde de ese lunes, en la misma zona.

El martes 28, el celular de Kent dio que nuevamente estuvo por Cañuelas después del mediodía. Lo mismo se repitió el martes 4 de noviembre.

El jueves 30 de octubre la familia de Saravoglu se presentó ante la División Policía Turística de la Policía de la Ciudad para denunciar que no tenían noticias del joven turco. La última actividad de su teléfono había sido pasada la medianoche del 28 en cercanías de la Estación Agüero de la Línea D de subtes, en Recoleta.

La familia lo describió como de aproximadamente 1,76 metros y detalló tres tatuajes: una serpiente en el brazo izquierdo, una ballena en el derecho y un gato con un cuchillo en la pierna izquierda.

Además de pedir varias pericias y de ordenar medidas, el fiscal Recchini tomó declaraciones al entorno de Saravoglu, entre ellos a Kent. Fue otro testigo quien señaló la relación que tenía el joven desaparecido con la pareja de este último.

En su declaración testimonial, realizada el lunes 5 de noviembre, Kent aseguró que la última vez que vio a Saravoglu fue el domingo 26, lo que demostró que era mentira, luego de analizar las cámaras de seguridad de la Ciudad donde el auto que conducía lo pasó a buscar en la noche del 27.

Otra situación que observó el fiscal fue que el miércoles 7 Kent vendió el Peugeot 207 a una agencia de autos. Ese mismo día, por la tarde, abandonó Argentina y tomó un vuelo a Brasil.

El auto fue secuestrado y peritado. En su interior encontraron cuatro posibles rastros de sangre que fueron analizados. Mientras tanto, Saravoglu continuaba desaparecido y no se sabía nada de él.

Pasó exactamente un mes hasta que el cuerpo fue encontrado en la zona de la banquina del kilómetro 82,5 de la ruta nacional 3, camino a Cañuelas. Personal que estaba a cargo del mantenimiento de la ruta lo halló cuando estaba cortando el pasto en el lugar.

Tenía un avanzado estado de descomposición, estaba boca abajo, vestido con un buzo negro, jeans azules, zapatillas, documentación a su nombre y una máscara roja del personaje del Hombre Araña.

Según la autopsia, la víctima murió luego de ser golpeada con algún elemento contundente en la zona izquierda de la cabeza.

Con todas las pruebas en su escritorio, el fiscal Recchini solicitó este jueves el pedido de detención y captura internacional de Kent por el homicidio de Saravoglu a la jueza Alejandra Alliaud, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N° 1.

Para el fiscal, “el conflicto preexistente entre la víctima y el imputado, sumado a la circunstancia de que Kent fue la última persona en tener contacto con el damnificado, los viajes inusuales a la zona donde se produjo el hallazgo del cuerpo, la sangre detectada en el vehículo de su propiedad, las falaces aseveraciones vertidas en su testimonio, la rauda venta del automóvil y la posterior fuga del país, componen un sólido cuadro indiciario que habilita el reproche penal”.

Además, sostiene que “el hecho fue premeditado por el imputado, quien acudió a Cañuelas (lugar donde finalmente fue hallado el cadáver de Saravoglu) poco antes del último viaje conocido del damnificado”.

Interpol emitió una circular roja para informar el pedido de captura. Se cree que desde Brasil tomó un vuelo hacia España. Según informes de la Policía de Turquía, Kent tenía una causa en su país por abuso de menores y una denuncia por violencia de género en Argentina.