Unos inflables gigantes desataron una insólita disputa navideña: “De mal gusto”


Un DJ local de Chessington, Inglaterra, conocido por su entusiasmo por la Navidad, recibió una queja anónima que calificó “de mal gusto” su decoración navideña. Lejos de atender al reclamo, el hombre respondió con un inflable gigante del Grinch de 4,8 metros en el frente de su casa.

Dave Goodings, de 31 años, se encontró en el centro de una disputa navideña después de que un vecino criticase las dos decoraciones inflables gigantes que adornaban el exterior de su propiedad en Chessington, Gran Londres.

Goodings explicó que la tradición comenzó cuando compró por error un Papá Noel inflable de aproximadamente 6 metros el año pasado. Creyó que medía solo 1.2 metros, según detalló a medios locales como Mirror, Daily Mail, The Sun y Metro, entre otros.

Debido a que el Papá Noel atrajo a muchas personas que pasaban a sacarse fotos, el domingo Goodings añadió otro inflable de igual medida, un muñeco de nieve en 179 libras esterlinas.

Sin embargo, el hombre se sorprendió al recibir la queja anónima a través de su buzón. La nota, entregada el lunes sin nombre ni dirección en el sobre, desató la controversia.

“Vivo a la vuelta de la esquina y estoy absolutamente horrorizado por el Papá Noel gigante y el muñeco de nieve gigante inflables que colocaron afuera de su propiedad”, comienza la nota.

Según el vecino, las decoraciones están “completamente fuera de lugar” y “arruinan el carácter de la calle” al hacer “que toda el área luzca ridícula en lugar de la calle ordenada que suele ser”.

El vecino anónimo insistió en que las figuras inflables son “una monstruosidad”, que están “arruinando la vista” desde su hogar, lo que consideró “demuestra cero respeto por la comunidad”. El vecino exhortó a Goodings a retirar los inflables “inmediatamente”.

Si no se quitan de inmediato, informaré el asunto al ayuntamiento y a la asociación de vecinos, y estaré instando a otros en la calle a hacer lo mismo. Así que hagan lo correcto y guárdenlos antes de esta noche”, advirtió. La carta cerró con la frase: “Saludos, un vecino infeliz”.

En lugar de ceder a la demanda, Goodings contraatacó con un estilo espectacular. No solo instaló al Grinch gigante en su entrada, sino que también imprimió la queja anónima en una sábana que colgó desde una ventana de arriba.

El misterioso vecino se metió con la persona equivocada. Fue lo más destacado de mi año, porque mis inflables tienen más demanda que nunca, lo cual es totalmente contrario a lo que pretendía la carta”, dijo Goodings.

Goodings notó que la reacción negativa solo fortaleció el apoyo de los vecinos. El hombre llamó “cobarde” a la persona por no poner su nombre en la carta. Añadió que el vecino se convirtió en “el hazmerreír no solo de todos en la comunidad, sino del país e incluso del mundo”.

Fuente: www.clarin.com

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