Bergman vuelve a la calle Corrientes (¿o acaso no se había ido?)


Como parte del proyecto “Che Bergman” que viene rescatando desde 2017 la presencia y legado de Ingmar Bergman en la Argentina llega a Buenos Aires esta nueva muestra que rescata a uno de los creadores integrales (cine y teatro) más influyentes de la historia y figura vincular entre Suecia y Argentina.

Bergman llega al centro de Buenos Aires en el corazón de una milla que concentró por décadas la intelectualidad, la cinefilia, el pensamiento y el debate.

“Che Bergman, La milla Bergmaniana” toma la calle Corrientes y calles adyacentes de Callao a la 9 de Julio, donde sus films fueron exhibidos en salas como el Lorraine, Losuar y Lorange. Y llega a la UMSA Artes en Sarmiento 1565 con una muestra que retoma el espíritu de los cien años sumando nuevos objetos reales (afiches, documentos, programas y reversiones) abriendo el diálogo entre generaciones bajo la inspiración del gran maestro.

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Los sesenta tuvieron al Che Guevara, el Di Tella, las minifaldas, al rock argentino… y a Bergman. El profundo cambio social que avanzaba en un mundo que pedía lo imposible encontró a 12.263 kilómetros de distancia, Fårö-Buenos Aires ida y vuelta, la imagen y el pensamiento en las películas de Ingmar Bergman. Los cuestionamientos a una sociedad que se olvidaba de las preguntas importantes, de los días y horas que desbordan de curiosidades, parajes inesperados e instantes mágicos, confluían en la genial filmografía del sueco, la estrella de la calle Corrientes. Y su trono estaba a metros de esta sala UMSA, en el cine Lorraine, la empresa del visionario Albert Kipnis, quien inauguró una novedosa manera en la cultura cinematográfica mundial: el cine-estudio. Entonces las colas y salas de este barrio bullían con clásicos instantáneos que venían de otro hemisferio tan cercano, que una tarde de lluvia podía ser la metafísica El séptimo sello, antes de entrar al Café La Paz analizar mil veces la psicoanalítica Persona, o en la salida en pareja a deslumbrarse con la otoñal Fanny y Alexander o Sonata Otoñal. Para que la celebración sea completa, estos cuatro clásicos se proyectarán en el Palacio Libertad.

Recreando aquel temprano reconocimiento en el Río de la Plata de Bergman, mucho antes que en otras capitales, al igual que fuimos los primeros en aplaudir a Kurosawa y Fellini. Para nosotros el cine siempre fue otra cosa. La Bergmanfilia era un emergente de aquella sociedad con capacidad crítica y comprometida alimentada por el marxismo, el existencialismo, el psicoanálisis, el estructuralismo, el nuevo cine argentino, el boom latinoamericano, el nuevo cancionero, las vanguardias pop y continúan las capas nutrientes.

El montaje está a cargo del equipo de la decana Alejandra Portela. La idea y curaduría como en las anteriores presencias de Bergman en el Festival de Mar del Plata 2018, la Quinta Trabucco en Vicente López y el Centro Cultural de la Memoria, está a cargo del investigador Raúl Manrupe, junto al equipo conformado por Mariano Oropeza y Daniel Rivas.

Como entonces, la muestra cuenta con el respaldo de la Embajada de Suecia en Buenos Aires y en esta ocasión, la Usina Audiovisual Lumiton, por medio del préstamo de afiches de su colección. La muestra estará montada hasta febrero de 2026. Quiere ser un recorte y proyección, a través de documentos históricos y nuevas intervenciones, que no agotan el diálogo y la búsqueda de Bergman. Nos vemos en el café de la vuelta y la seguimos.

*Curador de la muestra, autor e investigador



Fuente: www.perfil.com

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