Era alpinista y tuvieron que amputarle las manos y los pies por una infección silenciosa: “Era mi vida o mis extremidades, y elegí vivir”

La vida de Jane Haley, una atlética canadiense de 41 años, pendió de un hilo durante los ocho días que estuvo internada en coma inducido. Lo que comenzó como un dolor de garganta que parecía haberse curado con un tratamiento antibiótico, terminó en un choque séptico que afectó sus extremidades con una grave infección.
Contadora de profesión, y originaria de la ciudad de Grande Prairie, provincia de Alberta, siempre fue una apasionada por los deportes. Amante del alpinismo, solía escalar en las Montañas Rocosas canadienses junto a sus amigos, además de patinar y practicar surf de remo.
Jane Haley practicaba senderismo y alpinismo. (Foto: GoFundMe)En una entrevista televisiva con CTV News, relató en primera persona cómo fue la desesperante cronología de lo que describió como una “infección silenciosa“, que desembocó en la amputación de sus manos y pies.
La resiliencia de Jane Haley: se dedica a concientizar tras la amputación de sus manos y pies
Todo comenzó en junio último, cuando tuvo faringitis estreptocócica, la cual le detectaron mediante un hisopado, y le indicaron antibióticos durante 10 días.
“Me sentí mucho mejor, se me fue por completo el dolor de garganta, pero dos semanas después de terminar los antibióticos empecé a sentir dolor en la mandíbula, la mejilla y el cuello”, contó Jane desde la camilla del hospital local, donde encara una larga rehabilitación física y psicológica.
Como solía sufrir crisis ocasionales por trastorno de ATM, el conjunto de afecciones que afectan los músculos de la masticación, la articulación temporomandibular y los nervios asociados, creyó que se trataba de un episodio similar a los que tuvo en otros momentos de su vida.
Su gran terapia siempre fue el deporte. (Foto: GoFundMe)El dolor se intensificó con el correr de las horas, y decidió hacer una consulta médica virtual. Llamó a una línea de asesoramiento médico y, después de describir sus síntomas, le aconsejaron que llamara al 911.
El 24 de agosto la llevaron en ambulancia hasta el hospital, y en el camino empezó a descompensarse. Su frecuencia cardíaca y presión arterial bajaron drásticamente y fue llevada directamente a cuidados intensivos e inducida a un coma.
“Salí en la ambulancia y eso es lo último que recuerdo, que un minuto estaba bien y al siguiente estaba al borde de la muerte”, comentó Jane.
Tras varios análisis los médicos descubrieron que tenía una infección bacteriana provocada por el estreptococo del grupo A, que derivó en un síndrome de choque tóxico séptico, una complicación rara, pero potencialmente mortal.
Tres cirugías y una larga rehabilitación: “Mis días de montaña se terminaron, pero estoy viva”
Según explicaron los médicos que la atendieron y participaron de la misma entrevista en el noticiero canadiense, el choque séptico ocurre cuando las bacterias liberan toxinas en el torrente sanguíneo. Eso desencadena una respuesta inflamatoria grave y causa daños en los órganos.
Jane Haley practicaba distintos deportes desde su adolescencia. (Foto: GoFundMe)“Fue devastador ver mis manos negras, el dolor que sentía, y mis pies no habían cambiado de color todavía, así que tenía un poco de esperanza de que pudieran salvarlos para que pudiera caminar algún día”, relató.
Debido al riesgo de fallo multiorgánico y al extenso daño tisular, le explicaron que solo había una opción para que sobreviviera: amputarle las cuatro extremidades; ambas manos a la altura de las muñecas y ambas piernas por debajo de las rodillas.
Escuchar esas palabras fue devastador, pero a medida que pasaban los días sentía cada vez más dolor físico. “Era tan doloroso que pensé que cualquier cosa tenía que ser mejor que eso, y quería fuera de mi cuerpo a ese asesino silencioso que me estaba haciendo cada vez más daño”, relató.
Jane Haley tras la primera cirugía de amputación. (Foto: GoFundMe)“Era salvar mi vida o salvar mis extremidades, y los médicos eligieron salvar mi vida; me alegra que hayan tomado esa decisión porque todavía estoy aquí para hablar de ello hoy, y yo también elegiría siempre vivir”, expresó.
Jane fue trasladada en helicóptero a un segundo hospital el 29 de septiembre, donde finalmente se sometió a la amputación de ambas manos el 1° de octubre.
Una semana después, le amputaron las piernas por debajo de la rodilla, y luego tuvo una tercera cirugía para restaurar las conexiones nerviosas a sus músculos.
La campaña de la familia de Jane Haley y la emotiva respuesta de la comunidad
Jane se encuentra en un hospital de pacientes agudos especializado en rehabilitación física complejo en Edmonton, donde recibe terapia física y mental. En el futuro, con la ayuda de las prótesis espera poder volver a manejar, correr y nadar.
Jane Haley en la actualidad, en plena recuperación. (Foto: GoFundMe)“Mis días de escalar montañas han terminado, pero estoy viva, y todo lo que estoy haciendo es estar en modo de supervivencia y mirar hacia adelante”, expresó.
“Estoy feliz de vivir cada día y apreciar las cosas que la gente da por sentado todos los días. Tuve varios momentos en los que me derrumbé, pero creo que en general soy una persona fuerte y no me permito la pregunta de ‘¿qué hubiera pasado si?'”, indicó.
“Quiero que la gente sea más consciente de lo que es el estreptococo del grupo A, porque si esto salva una sola vida, ya habrá valido la pena todo por lo que estoy pasando”, sentenció.
Para ayudar con la recuperación de Jane, su prima Jessica Palmer, creó un GoFundMe para recaudar fondos para recaudar dinero para los gastos de la rehabilitación.
“Nuestro objetivo es ayudar a Jane a recuperar su fuerza, restaurar su movilidad e independencia. Recientemente divorciada, Jane enfrenta este viaje sin pareja, pero no sin amor, porque toda su familia le brinda un apoyo inquebrantable en el hospital”, describe la publicación, que ya lleva 26.000 dólares recaudados.
Fuente: www.clarin.com



