Punto G: Gallardo versus Guillermo, el morbo de una “final” para entrar a la Libertadores :: Olé

Habrá éxtasis. De uno o del otro. De un River necesitado de un triunfo -y muchos rezos- para meterse en la Libertadores 26, o del Vélez de un Guillermo Barros Schelotto que aspira al triunfo que a la vez sea estocada. Desquite (a otra escala) de aquella final de Madrid por el que ruegan los hinchas de Boca. Que, dado el contexto, sentirán como propia cualquier victoria del Mellizo contra su némesis futbolera: Marcelo Daniel Gallardo.
En una realidad en espejo, los mismos fanas que en mayo disfrutaron con sorna en el Monumental aquel primer reencuentro con Guillermo desde la final de la Libertadores 2018 ahora son los protagonistas de un morbo incómodo. Uno que irá creciendo a medida que pasen las horas.
Ahí estará el punto G del partido del domingo: cualquier resultado que se dé se multiplicará por el factor GBS. Un triunfo vigorizante de River se leerá como una nueva estocada de Napoleón a su presa favorita, el segundo deté al que más veces enfrentó (12, sólo detrás de Miguel Ángel Russo: 13). Una victoria de Vélez, por el contrario, se interpretará, al menos, como una celebrable mini represalia del calvario made in España.
Aunque la realidad no es melliza del pasado. No lo es del lejano -el equipo de Gallardo está deportiva y anímicamente a años luz de aquella victoria en el barrio Chamartín- ni del cercano: ha envejecido prematuramente aquella goleada 4-1 en el Liberti. Un triunfo de un River que parecía embalado pero que sólo estaba atravesando uno de sus tantos amagues de rehabilitación que terminaron en recaídas. El ciclo de este ciclo MG2.
La historia no sale a jugar
LOS TRIUNFOS DE GALLARDO ANTE GUILLERMO
5
VICTORIAS
Le ganó dos finales: la Supercopa 17 (2-0, Pity Martínez y Scocco) y la de la Copa Libertadores 18 (2-2 la ida, 3-1 en Madrid). Cuatro triunfos fueron ante Boca y otro contra Vélez.
Aunque en el Amalfitani no van a pesar los números, las estadísticas o las rachas sino el presente. Porque ninguno de los cinco triunfos con los que Gallardo lidera el historial contra Barros Schelotto se enmarcó en un contexto tan abúlico y tristón como el actual. Ni tan comprometedor.
Ni siquiera aquella “parte de la estrategia” con la que sardónicamente el Muñeco se había referido al flojo nivel de su River previo a ganarle a Boca la Supercopa Argentina 18 que despertó al gigante. Por caso, tampoco existe un punto de comparación con las dos derrotas de River ante los Boca de GBS -ni siquiera con el 1-2 de noviembre de 2017, el posterior a la eliminación con Lanús, el del “inventaron el VAR” de un Enzo Pérez que llevaba muy pocos meses en el club.
Todo será distinto. Tanto es así que los roles pueden llegar a invertirse: así como Guillermo pagó con su continuidad en Boca una derrota en la carrera con el River del Muñeco (Rodolfo Arruabarena en 2015 y Gustavo Alfaro en 2019, los otros dos), esta vez es Gallardo el que puede salir herido de un cruce con su adversario favorito: sin llegar al extremo de interrumpir el segundo período que revalidó hace nada manos que diez días, perder la plaza de la Copa tras una década lo dejará golpeado y con menos crédito del que tenía al volver.
Pero lo paradójico del caso es que esta esta especie de archivillanos en su momento hasta complementarios mantienen una cordial relación. Sin ser amigos, entre Gallardo y Guillermo se cultivó un feeling de respeto que se empezó a gestar en 1995, cuando coincidieron en la convocatoria de Daniel Passarella para disputar los Panamericanos de Mar del Plata.
LAS VICTORIAS DE GUILLERMO ANTE GALLARDO
2
triunfos
Guillermo venció dos veces a Gallardo como DT: ambas fueron con Boca. La primera, en 2016: 4-2 con goles de Tevez (2), Centurión y Bou. La segunda, 2-1 en 2017: Cardona y Nández.
La Selección los uniría cuatro años más tarde, ya con Marcelo Bielsa en el banco: disputaron juntos los amistosos frente a Venezuela (2-0), México (1-0) y Brasil (2-4). Incluso estos dos talentos contemporáneos (el Mellizo tiene 52 y el Muñeco, 49) compartieron etapa en la todavía incipiente MLS de los Estados Unidos: ambos se enfrentaron en un DC United-Columbus Crew de 2008 que terminó en victoria para el equipo de Guillermo. Eso, claro, sin contar los siete superclásicos en los que ambos firmaron planilla como jugadores entre finales de los 90 y los 2000.
“Tenemos una relación de respeto”, describía el deté de River a este adversario que mudó su piel pero que sigue siendo representante, por idolatría, de la vereda de enfrente.
“Más allá de nuestras carreras como entrenadores, coincidimos en muchos lados. Incluso en la Selección: en la Sub 23 y en la Mayor. Y también compartimos tiempo en Estados Unidos. Fueron casi carreras paralelas, ja”, decía Guille hace unos meses luego de perder su último cara a cara. Todo cambió. Este cruce será distinto. Nuevo. Cargado de morbo, como siempre. Y con su propio punto G.
Fuente: www.ole.com.ar






