El peronismo se prepara para debatir la reforma laboral del Gobierno: junta proyectos para armar su propia propuesta


Más allá de oponer resistencia, el peronismo se prepara para discutir la reforma laboral que el Gobierno buscará sancionar a partir del recambio parlamentario de diciembre, en sesiones extraordinarias. A la espera de conocer el proyecto que enviará Javier Milei al Congreso, los diputados de Unión por la Patria harán una recopilación de sus iniciativas ya presentadas y otras a las que terminarán de dar forma en las próximas semanas para armar una suerte de “plexo normativo” para cambiar la legislación, en líneas generales en sentido contrario a La Libertad Avanza.
“Vamos a debatir. Nosotros queremos una reforma laboral. No lo que está circulando que va a mandar el Gobierno, pero eso todavía está todo en el aire”, adelantó un referente del bloque de diputados de Unión por la Patria. Los legisladores de extracción sindical tendrán un rol preponderante en la discusión. En este caso, en principio, sin grietas por la interna peronista: Sergio Palazzo, Vanesa Siley y Mario Manrique, alineados con Cristina Kirchner, se mueven en tándem con Hugo Yasky, del sector de Axel Kicillof. En diciembre asumirá Hugo Moyano, el hijo del líder camionero, promovido en la lista por el gobernador bonaerense.
Palazzo, vicepresidente de la comisión de Legislación del Trabajo en Diputados, se encarga de juntar los proyectos del bloque vinculados a la normativa laboral. En el caso de que el texto del Gobierno incluya cuestiones como el tope de diez salarios y sin cómputo del aguinaldo para la indemnización, o el regreso de los llamados tickets canasta, el peronismo se opondrá. O al menos la mayoría, porque el oficialismo intentará abrir fisuras a partir de la negociación con los gobernadores. El tucumano Osvaldo Jaldo ya hizo un guiño a la Casa Rosada por este debate.
A su vez, más allá de ese rechazo, los diputados de Fuerza Patria propondrán modificaciones a la Ley de Contrato de Trabajo, una reducción de la jornada laboral, el derecho a la desconexión digital y la ampliación de las licencias parentales por nacimiento o adopción, entre otros puntos. El objetivo será confrontar con el oficialismo a partir de dos orientaciones contrapuestas sobre los posibles cambios de la legislación laboral.
Si se confirma lo que trascendió y el Gobierno impulsa la posibilidad de fijar jornadas de trabajo más extensas y el mecanismo del banco de horas para compensar, el peronismo levantará sus iniciativas para pasar de las 48 horas semanas actuales a 40 (como figura en el proyecto elaborado por Yasky) o a 36 (Palazzo). “Si hubiera una reducción podríamos aceptar el banco de horas”, pusieron como condición.
Del mismo modo, si el oficialismo propone habilitar el fraccionamiento de las vacaciones y la chance de que sean en un período distinto al comprendido entre el 1° de octubre y el 30 de abril, Unión por la Patria empujará para fijarlas entre diciembre y marzo. También defenderá un proyecto para dar mayor libertad a las personas a tomar un segundo empleo, si no pertenece al mismo tipo de actividad, y un marco normativo para los trabajadores de plataformas digitales.
“La reforma laboral de Milei es un guiso recalentado de una receta que ya fracasó. Nos la quieren vender como novedad, pero es un trampolín al pasado que nos devuelve de cabeza a la ‘década infame’”, aseguró Yasky ante la consulta de Clarín. “Es mentira que no hay ninguna propuesta. Tenemos una batería de proyectos que forman un plexo normativo para ampliar derechos de nuevo tipo ante las nuevas formas de relación laboral”, completó el diputado que renovará su banca en diciembre.
En una carta en febrero del año pasado, Cristina Kirchner había considerado “ineludible” discutir lo que llamó un “plan de actualización laboral”. “Los derechos acarrean obligaciones que deben cumplirse. De lo contrario, no es ni más ni menos que un privilegio”, había argumentado en aquel momento.
Acaso como uno de los coletazos de la derrota electoral del 26 de octubre, el peronismo en el Senado exhibió la semana pasada una postura menos dura que el radicalismo y otros espacios opositores sobre la reforma al régimen legal de los DNU. “Tenemos muchas propuestas de cómo mejorar las relaciones del trabajo, pero no sabemos si en este marco se puede dar y si el gobierno quiere negociar”, planteó una de las principales espadas de la ex presidenta en la Cámara alta.
Fuente: www.clarin.com



