Tras el cambio de juez, Alberto Fernández pidió la nulidad de la causa por violencia de género contra Fabiola Yañez en una actitud inédita

El ex presidente de la Nación Alberto Fernández, ya procesado y a un paso de ser enviado a juicio oral, pidió, en una actitud inédita, que se vuelve a investigar de cero la causa por violencia de género contra su ex pareja y ex primera dama, Fabiola Yañez.
La defensa hizo el planteo luego que el juez federal Julián Ercolini fue apartado del expediente. Los abogados señalaron que con la recusación todas las decisiones del magistrado son nulas y que el caso debe volver a su instancia inicial.
El pedido fue hecho ante el nuevo juez del caso. Se trata de Daniel Rafecas, cuyo juzgado federal 3 de Comodoro Py fue sorteado para intervenir en el caso, y a quien Alberto Fernández propuso al inicio de su gestión en diciembre de 20219 como candidato a procurador General de la Nación, lo que no prosperó por la oposición del kirchnerismo.

El ex presidente está procesado por los delitos de lesiones leves y graves agravadas, en los dos casos, por haber sido cometidas en un contexto de violencia de género, y por amenazas coactivas. La expectativa de una eventual condena llega a los 15 años de prisión. En agosto pasado el fiscal federal Ramiro González, a cargo de la investigación, entendió que el caso estaba cerrado y pidió que Fernández sea enviado a juicio oral y público.
“Hay fuertes motivos para sostener que los hechos concretos y objetivos que fueron preliminarmente acreditados en la causa, que incluyeron lesiones y otras formas de violencia de género practicadas por quien mantenía una marcada desigualdad de poder con ella”, sostuvo la Cámara Federal cuando confirmó el procesamiento de Alberto Fernández.
Para la justicia, el ex presidente agredió físicamente a Yañez y le dejó un ojo morado y moretones en un brazo. Alberto Fernández sostiene que esas marcas fueron producto de tratamientos estéticos de parte de una esteticista condenada por mala praxis.
Yañez regreso hace dos semanas de España con Francisco, el hijo de tres que tiene con el ex presidente. La mujer y Francisco se habían ido a ese país tras dejar la Presidencia. Con la llegada al país comenzó también la revinculación del menor con Fernández, lo que estaba judicializado. “El amor es más fuerte. El regreso de Francisco me llenó de felicidad”, publicó el ex presidente en sus redes sociales junto con una foto con el menor

El pedido para que se vuelva a investigar
La defensa del ex mandatario, a cargo de Silvina Carreira y de Yamil Castro Bianchi, se opuso con una serie de planteos. A lo largo de la causa judicial, que se inició en agosto del años pasado, la defensa hizo distintas objeciones, una de ellas al juez Ercolini. Fernández, en persona en distintas audiencia en Comodoro Py, lo recusó para que no intervenga en la causa porque dijo que habían tenido una relación de amistad por la Facultad de Derecho de la UBA, que hizo gestiones cuando era jefe de Gabinete de Néstor Kirchner para que sea nombrado juez federal y que después se transformó en enemistad.
El ex presidente señaló que se distanció con Ercolini por una serie de fallos que no le gustaron y que cuando era Presidente lo denunció por el caso del viaje de jueces, fiscales y empresarios a la estancia de Joe Lewis en “Lago Escondido”.
Los pedidos de apartamiento fueron rechazados en distintas instancias pero la Cámara Federal de Casación Penal a principio de mes lo aceptó. El tribunal apartó a Ercolini “con el fin de alejar cualquier temor de parcialidad que pudieran albergar las partes” y “en resguardo de la garantía de imparcialidad”.

Pero Casación también ratificó todo lo que Ercolini hizo en la causa para “evitar la revictimización” en una causa por violencia de género.
Sin embargo, la defensa de Fernández planteó que cuando un juez es apartado todo lo que hizo debe ser anulado. Recordó que el Código Procesal Penal de la Nación establece que “si hubiera inobservancia de las normas procesales, la cámara anulará lo actuado y remitirá el proceso al tribunal que corresponda, para su substanciación” y que una recusación es violar las normas procesales.
Así lo expuso en una presentación de casi 200 páginas a la que accedió Clarín. Allí solicitó que se anule toda la causa desde su inicio cuando en el expediente por la causa de los seguros de la corrupción, en la que también está procesado Fernández, se encontró en el celular de María Cantero, secretaria del presidente de la Nación, conversaciones de whatsapp en la que Yañez le contaba de las agresiones.

La defensa pidió que se declare nulo el hallazgo de ese mensaje y que se lo excluya porque entiende que es “prueba contaminada por su origen ilegítimo y vulneran de modo irreparable las garantías esenciales del proceso penal”. También reclamó que se deje sin efecto el secuestro del celular del ex presidente, la imputación, el llamado a indagatoria, el procesamiento y el pedido de elevación a juicio.
Los abogados quieren que el caso se vuelva a investigar y que se les permita hacer las medidas de prueba que solicitaron en la causa. “La defensa no busca desandar actuaciones útiles ni poner en riesgo la tutela efectiva de la denunciante, sino restaurar la legalidad del proceso allí donde fue vulnerada, asegurando que toda decisión posterior se adopte bajo la dirección de un juez natural, imparcial y competente”, sostuvieron en su presentación.
El pedido no tendrá una resolución inmediata. El juez Rafecas primero debe esperar a que venza el plazo para apelar el fallo que apartó a Ercolini, lo que ocurrirá el próximo martes. Si nadie apela, el magistrado podrá informarle a todas las partes de su intervención. Allí podría haber objeciones a su intervención por su relación con el ex presidente. No solo lo propuso como Procurador General, sino que tienen un vínculo por la facultad. Inclusive, el propio Rafecas podría apartarse.

Si nada de eso ocurre, el planteo podrá resolverse. Y si es rechazado, a la causa solo le queda que se defina el envío a juicio oral de Alberto Fernández.
Fernández en modo Kafka
La presentación judicial de la defensa de Fernández tiene una primera parte de unas 20 páginas escritas en primera persona por el ex presidente. Allí se compara con Josef K., el personaje de la novela “El proceso” de Franz Kafka. El libro trata sobre un empleado bancario que una mañana es arrestado por una acusación que desconoce y por la cuál no puede defenderse.
“Kafka nunca conoció Argentina, pero parece haber presagiado cómo funciona la Justicia Federal en esta Patria. Una corporación que vincula a algunos jueces con los poderes fácticos y mediáticos que, en palabras de Kafka, solo ´se dedican a detener a personas inocentes y a incoar procedimientos absurdos´”, dijo Alberto Fernández.
“Ahora me toca a mí. Al igual que en la novela, otro ´K´ que soporta cargos por hechos que jamás ha cometido y cuyo derecho a defenderse le ha sido hasta aquí sistemáticamente negado”. Agregó en otro tramo de su presentación en la que hablo de “arbitrariedades” en la causa y en la que como sus abogados también pidió la nulidad.
Fuente: www.clarin.com