¿Qué es la “mirada de la generación Z”? El fenómeno que redefine la expresión y la autenticidad digital

La “mirada de la Generación Z” –Gen Z Stare– más que una simple expresión facial, es un nuevo fenómeno cultural y psicológico que captó un interés creciente en redes sociales y entornos laborales. Caracterizada por una expresión facial inexpresiva y sin sonrisas, esta mirada se convirtió en una tendencia de TikTok con un significado mucho más profundo de lo que parece a simple vista.
Mientras que muchos críticos la reducen a una simple actitud desentendida o tonta, expertos sostienen que esta postura refleja temas generacionales cruciales en torno a la identidad, la regulación emocional y la autopresentación digital.
¿Qué es la “Mirada Z”?
La “mirada de la Generación Z” se define por ser neutral o en blanco. Al posar para selfies o aparecer en videos, la persona ofrece un contacto visual directo y sin parpadear a la cámara, desprovisto de sonrisas o emoción manifiesta.
A diferencia de generaciones anteriores, que buscaban proyectar una imagen amigable o de bienestar, muchos miembros de la Generación Z adoptan una apariencia plana y emocionalmente neutral. Es una expresión que puede resultar ambigua, lo que hace difícil determinar si es irónica, auténtica, o ambas a la vez.

En un artículo publicado en Psychology Today, la doctora Tarra Weel, quien es profesora en el departamento de psicología del Barnard College de la Universidad de Columbia, señala que la expresión sirve múltiples propósitos psicológicos.
1. Autoprotección emocional
La investigación sugiere que las expresiones faciales neutrales actúan como una forma de regulación emocional. Una expresión plana puede ser utilizada como un escudo contra el juicio o la sobreexposición. La supresión emocional en los espacios digitales ayuda a indicar que los jóvenes tienen el control y no están “actuando”. La doctora Weel destacó que una ansiedad común para esta generación es parecer “raro” o demasiado entusiasta.
2. Resistencia a la positividad performativa
La “mirada fija” es un rechazo a la “cultura de la sonrisa para la cámara” popularizada por los Millennials y la Generación X. Los estudios de psicología de los medios observan un cambio generacional de una autopresentación aspiracional a una que es más “auténticamente poco impresionada” o relatable. La Generación Z se muestra escéptica ante las figuras de redes sociales excesivamente pulidas y curadas. Por lo tanto, la mirada indica una aceptación de la autenticidad, la ironía e incluso el aburrimiento como valores estéticos.
3. Fatiga y desensibilización cultural
Habiendo crecido en línea y expuestos constantemente a un flujo interminable de imágenes y contenido emocional, muchos miembros de la Generación Z experimentan una especie de fatiga emocional. La mirada fija puede reflejar esta desensibilización, vinculándose al “aplanamiento afectivo” observado en entornos digitales sobre estimulados. Es una postura distante y hastiada que comunica “lo he visto todo”.

4. Estética de la resistencia
En lugar de adherirse a las normas de belleza convencionales, la “mirada Z” abraza la crudeza, la ambigüedad o incluso la incomodidad. Desafía la hiperfeminidad o el glamour, al reflejar lo que los expertos en belleza denominan la “estética de la resistencia”. La indiferencia, en este contexto, se convierte en parte de la marca personal.
La “Mirada Z” en el ámbito laboral
El fenómeno no se limita a las selfies, ya que también genera brechas de comunicación en el entorno de trabajo, donde la expresión aparece durante reuniones o interacciones con clientes.
Bryan Robinson -autor de más de 40 libros de no ficción y profesor emérito de la Universidad de Carolina del Norte en Charlotte- escribió en Forbes que, si bien los críticos pueden catalogar esta expresión como aburrimiento, indiferencia o superioridad, estas interpretaciones son simplistas.
Robinson enfatiza que la mirada revela un desajuste creciente entre la Generación Z y la cultura de oficina tradicional. Los expertos sostienen que las interpretaciones superficiales son miopes y que esta generación está siendo mal juzgada.

Al igual que la doctora Weel, señaló que, para una generación nativa digital criada con pantallas y comunicación en línea, el lenguaje corporal tradicional cambió. Lo que un gerente Boomer o Gen X percibe como desinterés, “podría ser en realidad la versión de escucha activa de la Generación Z”. El contacto visual constante no siempre es el indicador de atención que solía ser para generaciones mayores.
Además, el impacto de la pandemia por Covid-19, donde las pantallas reemplazaron el contacto cara a cara durante etapas críticas de desarrollo social, dejó a algunos Gen Zers inseguros sobre cómo interactuar socialmente.
Robinson advirtió a los empleadores que es peligroso sacar conclusiones sin evidencia, ya que la mirada fija de la Generación Z es objeto de juicios infundados. En lugar de centrarse en juicios rápidos, los líderes deben examinar si están confiando en ideas obsoletas sobre cómo deben lucir la participación y la atención en el lugar de trabajo.
Fuente: www.clarin.com