Una misión planetaria revela un punto débil en el campo magnético de la Tierra: ¿qué significa esto?


La llamada “armadura” magnética que protege la Tierra acaba de mostrar una grieta inquietante: según datos recientes de la misión Swarm de la Agencia Espacial Europea (ESA), un punto de debilidad creciente en el campo magnético terrestre fue detectado con una precisión extraordinaria.

Lo que antes se consideraba una curiosidad local —la anomalía del Atlántico Sur— ahora parece estar mutando con señales que ponen en alerta a científicos de todo el mundo.

Durante años, los satélites Swarm monitorearon los vaivenes del geomagnetismo terrestre. Lo que emergió de esos estudios es espectacular: entre África y Sudamérica se extiende una región debilitada conocida como la Anomalía del Atlántico Sur, pero ahora los datos muestran que esta zona está creciendo, desplazándose hacia el este y puede llegar a dividirse en “células magnéticas” independientes.

La debilidad no es pequeña: la intensidad del campo en esa zona descendió de unos 24.000 nanoteslas a cerca de 22.000 en décadas recientes, mientras la extensión territorial de la anomalía se expande con una velocidad aproximada de 20 kilómetros por año.

Estos descubrimientos no provienen de simples estimaciones: gracias a la altísima resolución del conjunto Swarm —tres satélites midiendo simultáneamente distintos componentes del campo magnético— los científicos construyeron mapas que revelan cómo las líneas magnéticas se tuercen, retroceden y en algunos puntos incluso se invierten hacia el interior del núcleo.

La debilidad creciente del campo en esa región sugiere que nuestra protección contra partículas solares y radiación cósmica no es homogénea: algunos puntos pueden estar más expuestos que otros.

La aparición de un nuevo “mínimo magnético” al suroeste de África indica que el área debilitada podría dividirse en dos células independientes, lo que complicaría los modelos clásicos del campo terrestre.

Para explicar esta mutación magnética, los científicos apuntan a dinámicas internas: “parches de flujo invertido” dentro del límite núcleo-manto parecen estar migrando y alimentando el debilitamiento local.

En esas zonas de menor campo, los satélites —que normalmente están resguardados de partículas cargadas— pueden volverse más susceptibles a fallas cuando atraviesen la anomalía

Aunque algunas noticias alarmistas sugirieron que estos síntomas podrían presagiar un cambio inminente de polos magnéticos, los científicos son cautos. Las fluctuaciones actuales se encuentran dentro de rangos documentados históricamente para el campo terrestre.

Fuente: www.clarin.com

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