Descubren misteriosos remolinos danzantes en Marte: qué reveló su aparición en el planeta rojo


En un hallazgo que parece sacado de una película de ciencia ficción, científicos de la Agencia Espacial Europea (ESA) descubrieron lo que llaman “remolinos danzantes” —conocidos técnicamente como dust devils o diablos de polvo— cruzando la superficie de Marte con sorprendente fuerza.

A partir de más de dos décadas de observaciones desde los orbitadores Mars Express y ExoMars TGO, los investigadores identificaron 1.039 de estos remolinos, y lograron determinar velocidad y dirección de movimiento de 373 de ellos.

Lo que antes era visible solo como huellas borrosas en el polvo marciano, ahora aparece en imágenes convertidas en auténticos trazos aerodinámicos: columnas giratorias de polvo desplazándose por la superficie, iluminadas por la luz del Sol, levantando partículas finas y dejando rastros sinuosos tras de sí.

En algunos casos, estos remolinos alcanzan velocidades máximas de 44 metros por segundo (unos 158 km/h), algo superior a los vientos jamás medidos hasta ahora por los rovers.

Estos remolinos fueron especialmente notables en regiones como Amazonis Planitia, una llanura extensa y cubierta de polvo, que parece actuar como semillero de estos fenómenos atmosféricos.

La frecuencia de aparición también muestra una pauta: son más comunes en primavera y verano de cada hemisferio, y tienden a activarse entre las 11:00 y 14:00 horas locales, cuando el calor solar es más intenso.

De la investigación de la ESA se pueden sacar cuatro conclusiones.

En primer lugar, que los vientos marcianos son más feroces de lo que se creía. En varios casos, el remolino se movía más rápido de lo que las previsiones originales sugerían.

En segundo lugar, se supo que, al levantar partículas finas del suelo, estos remolinos actúan de motor para el ciclo del polvo en Marte. Esto ayuda a entender cómo se iniciarán tormentas de arena más grandes, cómo se distribuye la atmósfera marciana y cómo parámetros como vapor de agua pueden cambiar.

La tercera conclusión tiene que ver con lo sorprendente en el ingenio del método: aunque los orbitadores no fueron diseñados para medir viento directamente, los científicos aprovecharon los ligeros retrasos entre canales de imagen (color o estéreo) para detectar el desplazamiento espacial de los remolinos en segundos. Es decir: transformaron “ruido óptico” en datos de viento.

Por último, tener un catálogo global de remolinos permite anticipar dónde y cuándo los vientos serán más intensos. Esa previsión es vital para planear futuras misiones, elegir lugares de aterrizaje y calcular cuánta acumulación de polvo puede afectar paneles solares o instrumentos.

Este descubrimiento, emergente de siglos de soñada exploración planetaria, pinta a Marte como un mundo más dinámico, impredecible y vivaz de lo que imaginábamos. Si antes pensábamos en un planeta árido y estático, ahora lo vemos agitado por fuerzas atmosféricas misteriosas que danzan y giran en sus horizontes rojizos.

Este artículo contiene información del estudio publicado por la ESA: “Dancing dust devils trace raging winds on Mars”.

Fuente: www.clarin.com

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