Julio De Vido hoy: el ministro que tuvo todo el poder y espera nuevas sentencias por corrupción en soledad

El auto pasó a toda velocidad por Letonia, la calle que da a la parte posterior de los tribunales de Comodoro Py. Llamó la atención por la hora, las 15, y porque es una calle de poco tránsito. En ese auto iba Julio Miguel De Vido. Se entregaba para quedar detenido.
Era el 25 de octubre de 2017 y la política estaba en shock. De Vido, el todopoderoso ministro de Planificación Federal del kirchnerismo, comenzaba un camino judicial que todavía hoy transita. Desde entonces acumula 12 juicios orales, muchos de casos emblemáticos.
En cinco días pasará por dos veredictos. El jueves pasado fue absuelto en el juicio por la novela “Mamá Corazón” y este martes lo afrontará por la importación de Gas Natural Licuado.
Ese escenario era impensado cuando manejaba la caja de las obras públicas, una de las más granes de la política y de histórica corrupción que antecedió al kirchnerismo. Durante sus 12 años de ministro fue un intocable.
Logró tener protección judicial a base de buenos operadores y de jueces permeables. Fue la fórmula que usó el kirchnerismo en tribunales –y también otros gobiernos- hasta la muerte de Néstor Kirchner y la pelea de Cristina Kirchner con el agente de inteligencia Antonio “Jaime” Stiuso.

La Cámara Federal había ordenado su detención en la causa por las irregularidades en el manejo de fondos para la remodelación de la mina de carbón de Río Turbio. Era diputado nacional y tenía fueros. Ese mediodía del 25 de octubre De Vido almorzó en familia mientras veía como la Cámara de Diputados le quitaba los fueros. Su bloque del Frente para la Victoria no bajó al recinto a defenderlo.
La Gendarmería Nacional fue a detenerlo a su departamento de la avenida Del Libertador y a otras propiedades. No estaba. La noche anterior, sabiendo el desenlace, había dormido en la casa de uno de sus hijos. Mientras la fuerza lo buscaba, De Vido iba rumbo a tribunales.
“Mándenle champagne a la doctora Carrió y a Magnetto”, le dijo De Vido a un periodista cuando entraba a Comodoro Py por una de sus puertas laterales. La líder de la Coalición Cívica fue quizá su denunciante más perseverante y Clarín contó su caída.
El exfuncionario fue indagado en la causa y de allí partió a la cárcel federal de Marcos Paz. No era el primer ex funcionario en quedar preso con el gobierno de Mauricio Macri. Ya lo estaban Ricardo Jaime y José López, los ex secretarios de Transporte con autonomía política que estaban bajo su órbita, y el empresario Lázaro Báez.
Una semana después iba a ser detenido el ex vicepresidente Amado Boudou. Pero el peso político de De Vido hacía impensable verlo esposado y en una celda.

Hombre de máxima confianza de Néstor Kirchner, De Vido llegó al Ministerio de Planificación en 2003 desde Santa Cruz. Era el nexo con empresarios y políticos de todos los partidos para distribuir obra pública y caja. Siguió en el cargo durante las presidencias de Cristina Kirchner pero sin una relación tan estrecha.
Su última participación política y los 12 juicios orales
De Vido estuvo preso dos años en esa y otras causas. En diciembre de 2019 le dieron la prisión domiciliaria y en marzo de 2020 fue excarcelado. Desde la cárcel tuvo su última participación en política. Fue candidato a diputado nacional en 2019 pero en las PASO tuvo 16.946 votos que no le permitieron llegar a las elecciones generales.
El ex ministro acumuló 12 juicios orales. En dos de ellos fue condenado. La primera fue por la tragedia ferroviaria de Once a cinco años y ocho meses de prisión por administración fraudulenta en el manejo de los fondos públicos.
La condena fue confirmada por la Cámara de Casación que redujo la pena a cuatro años, lo que ahora está revisando la Corte Suprema de Justicia. Además De Vido pidió la prescripción del caso.
La segunda condena fue por la compra de trenes a España y Portugal que no se podían usar. Recibió una pena de ocho años que después Casación ordenó revisar.

En otros juicios las acusaciones se cayeron. Fue absuelto en la causa Vialidad, en la que Cristina Kirchner fue condenada a seis años de prisión, por la valija con 800 mil dólares del venezolano Guido Antonini Wilson y el jueves pasado en el caso del financiamiento de la novela “Mamá Corazón”, que protagonizó la actriz Andrea del Boca, también desvinculada por el tribunal oral.
Cómo sigue su situación judicial
El fixture judicial para De Vido seguirá el martes. Ese día se volverá a sentar frente a un tribunal para escuchar el veredicto por el pago de más de cinco millones de dólares a intermediarios para la importación de Gas Natural Licuado.
La fiscalía pidió que una condena de cuatro años y ocho meses de prisión. Y tiene otro juicio en trámite: el caso Skanska en el que la semana pasada la Fiscalía solicitó una pena de cinco años de prisión.
También espera el inicio de otros juicios. El más cercano es el caso de los cuadernos de la corrupción que comenzará el próximo 6 de noviembre y estará junto a Cristina Kirchner, otros ex funcionarios y los empresarios de la obra pública más importantes del país.
Pero además espera la fecha para otros juicios: la de Río Turbio por la que fue detenido, la construcción de viviendas con el programa Sueños Compartidos de las Madres de Plaza de Mayo, la contratación de la empresa Odebrecht para la construcción de dos gasoductos, y la renegociación de contratos para la línea del tren Sarmiento.

A los 75 años, De Vido vive en su chacra de Zárate con su esposa, la ex funcionaria Alessandra Minnicelli, quien será candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires.
Está jubilado y con una actividad política que se reduce a esporádicas apariciones públicas. “Llegó la hora de Máximo Kirchner de protagonizar”, dijo en junio pasado cuando la Corte Suprema confirmó la condena de Cristina Kirchner y la dejó fuera de las candidaturas de este año.
Las causas judiciales de De Vido tendrán más años de trámite por las apelaciones de sus condenas y absoluciones y por los juicios que todavía no empezaron. Son expedientes que esconden un riesgo: la posibilidad que regrese a la cárcel.
Ninguna de sus condenas están firmes y si eso ocurriese debería cumplirlas. Por su edad se discutirá la forma. Es el despoder de un hombre que supo tenerlo por completo y usarlo.
Fuente: www.clarin.com