Una poeta que eligió a Jujuy como refugio de sus prófugas metáforas

Elena Leonardi  Cattólica es una poeta que se encuentra partida y unida por dos patrias, Salta (n. 1939)-Jujuy y por dos tiempos: finales del siglo veinte, inicios del siglo veintiuno. Mañana, a los que les gusta las clasificaciones, dirán poeta entre dos siglos.

Se despidió de nuestro plano, para siempre, el último día de agosto del año 2023.

Nos dejó una hilada de libros. Comienza su despertar poético con “Espacios y Luces” en 1996, y se hizo acompañar con nuestra escritora, Herminia Terrón de Bellomo, quién prologa su primer libro y responde a igual caracterización inicial de la poeta que recordamos hoy. Del prólogo menciono: “Cinco epígrafes muy bien seleccionados organizan este libro de poemas y así, al influjo del pensamiento de Walt Whitman, Kahil Gibran y Graham Green, la autora expresa clara y conscientemente su sentir poético.

Su escritura no busca sólo la cadencia del verso, sino que indaga constantemente sobre la identidad, las incógnitas del ser (y del estar) y sobre el significado de acontecimientos que en trama compleja constituyen el vivir diario. La obsesión por el tiempo aparece en varios poemas entrelazada con la inexplicable rutina, la vida y la muerte.

Aún signado por esta obsesión, de los poemas se desprende una gran ternura que revela ricas experiencias de vida, reflejadas en los versos finales de cada etapa de “Amor en tres tiempos”, en los que pasa de la incertidumbre a la certeza: “Peroà ¿existe el mañana?” “Casi diría que me siento feliz”, para concluir con un pensamiento de madurez: “Comprendo la palabra eternidad”à El dolor ante la muerte la conmueve tanto desde lo próximo como desde lo universal: Malvinas, Chernóbil, y la enfrenta, junto con el lector ante las eternas incógnitas de la injusticia.

El paisaje emite mensajes del misterio que lo envuelve a través de “cerros atardecidos por avanzadas sombras” “ausencias de pájaros y trinos” o “un ceibo florecido”. La captación de la belleza conduce a reunir lo vital: hombre y naturaleza ante la inmensidad de lo divino. Estos poemas quedan velados detrás de un lenguaje que oculta la intimidad, pero que muestra la ansiedad por encontrar la expresión propia – anhelo de todo poeta – que le permita comunicar la inasible belleza del mundo que la autora percibe”.

Su hilada poética continua con:  Territorios Tan Intensos (1998). En este libro la Escritora Carmela Ricotti da su testimonio: “à Encaramada -como ella dice- en un presente que quiere ser solamente eso, un presente en búsqueda de la libertad, de la identidad, del calor del follaje y del cielo, moviéndose entre los seres invisibles que ve o adivina.

En síntesis, esta poeta, auténtica, personal, detiene el tiempo y se eterniza en su mensaje de amor”. De Territorios tan Intensos, veo a “Jujuy” (fragmento) “Jujuy, sus cerros legendarios, con pueblos terracota, dormidos en el tiempo, al conjuro de valles. La sencillez de sus gentes y el solemne bronce de los campanarios”. Ciudades en Vigilias (1999) Dice Teresa Leonardi Herrán: “Cada uno lleva una ciudad en su corazón. Ningún recuerdo falta ningún rostro.

Somos viajeros cuyo tesoro más preciado, no va en el equipaje sino en esta memoria inacabable. De “Ciudades en Vigilia” el poema IX dice: “Enviaré señales protectoras a miríadas de aves de monacales hábitos desplazándose ordenadamente sobre cándido silencio amanecido.

 Saludaré a naves espaciales y a cometas de brillantes lenguas y vanos artificios. En Conspiración del Sueño (2000). Contiene citas de Edgard Allan Poe, Salvatore Quasimodo, Walt Whitman, Enrique Molina, Antonio Gala y Jorge L. Borges, quién expresa: “La voz del ave. Que la penumbra esconde.

Ha enmudecido. Anda por tu jardín. Algo, lo sé, te falta. De Prófugas Retinas (2002) Comienza el Siglo XXI y la Poeta regresa a buscar explicación del ser que somos “En remansos de tu penúltima jornada” (fragmento) : “Fundaste el mundo en explosión de cósmica sustancia. A tu esencial criatura hombre acaso la engendraste con fragmentos de una mirada de clemencia en regazos de tu penúltima jornada.

Ese Hombre, materia oscura y resplandor o desertor abominable Habitante en un mundo de expiaciones que huele a cacería, a rosas o crespúsculos.

Mordedura en la contienda del áspid y del ángel. Sigue con Jujuy Latidos – Antología (2004). Su dedicatoria: “a Jujuy, mi tierra del siempre asombro”. La autora incluye en su Antología los libros hasta aquí publicados.

En Incesantes Rostros (2006) Elena Cattólica cierra con seis haikus, estructura poética de su íntimo agrado, y dice en “Puente”: “Ceremonia de cemento, ensaya márgenes de tierra” y “Ramo Seco”:

“Viso de eternidad en sonrisas de naturaleza”. Con Música de Instantánea Luz (2017), termina su hilada poética y deja un pedido de profundo significado en: “Imploración”: “Cúbreme con apacible luz cuando llegue la hora de mi último aliento. Sobre la memoria de mis días arroja flores de filiación eterna. Alhucemas arrebatadas a praderas del tiempo. Cúbreme con resplandor de estrellas, abrazado al salmo de los sueños completos.

Cúbreme serenamente en esa vastedad del supremo instante”. Publica en 2011, un libro de Ensayos: “Ernesto Leonardi Cattólica (un visionario) y el Teatro Mitre -Jujuy 1889-1909, como un interés personal y una obra institucional de su antepasado.

Creo que los jujeños somos privilegiados y siempre deudores de inmensos espíritus, que llegan y permanecen entre nosotros, nos enriquecen como Elena y contagian, para vivir y morir sus sueños. l

Fuente: eltribunodejujuy.com

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