Lily Tomlin y Jane Wagner: de amarse en secreto durante 43 años a ser el matrimonio más longevo de Hollywood

Dicen que la admiración y la seducción van de la mano. Cuando se admira mucho a alguien, la atracción puede ser el siguiente paso, y si resulta correspondida, puede surgir una poderosa historia de amor. Si se acompaña con risas y humor, tal vez sea el maridaje perfecto. Así nació el matrimonio de Lily Tomlin y Jane Wagner.

“Me enamoré primero de las palabras de Jane, no había leído nada como lo que ella escribe, y necesité solo dos minutos para enamorarme”, confesó Tomlin en diálogo con Ellen DeGeneres cuando estuvo en el talkshow en 2020.

La conquistó primero el talento de la guionista de comedia, y poco después se la presentó en persona un amigo en común. Pasaron la tarde juntas en Nueva York y hablaron de sus proyectos laborales, sin imaginar que sería el inicio de una unión que perdura hace 56 años.

Tomlin tenía 30 años, consolidaba su carrera como actriz, y Wagner, de 35, ya había escrito magistrales obras que empezaban a llamar la atención de los productores de Hollywood.

Una era la pluma y la otra la acción, amantes de las sátiras y las parodias. “Compartimos sentimientos similares sobre las personas y el mundo: ella es capaz de verbalizarlo, y yo soy capaz de materializarlo”, expresó Tomlin en diálogo con la revista People en 1988.

En aquel entonces la revista norteamericana describía a Wagner como su “colaboradora profesional”, porque todavía no habían podido blanquear su noviazgo.

Oriunda de Michigan, Detroit, su padre, Guy Tomlin, era operario de una fábrica, y luchó contra el alcoholismo hasta su trágica muerte a los 56 años.

Fue poco después de esa abrupta pérdida que Lily conoció a Jane, y sintió que era el peor momento para contarle a su mamá que se había enamorado. Su salvavidas era el teatro, la risa diaria de los espectadores, y trataba de enfocarse en las ficciones para lidiar con la realidad.

En una entrevista con The Guardian, Tomlin confesó que aunque su nombre de nacimiento es Mary Jean Tomlin, eligió el sobrenombre artístico “Lily” en honor a su madre, Lillie Mae.

“Mi mamá siempre fue mi debilidad; ella era ama de casa y ayudante de enfermería, muy católica, creyente, y siempre iba a la iglesia”, detalló.

“La única razón por la que jamás grité a los cuatro vientos ‘soy gay’ es porque sabía que lastimaría a mi madre, y ella realmente no lo hubiera resistido”, aseguró.

El hermano menor de la artista, Richard Tomlin, también estaba en pareja con alguien del mismo género, pero su caso fue totalmente distinto. “Él y su novio vivieron en el mismo pueblo que mi madre toda la vida, y jamás se cuestionó su sexualidad”, reveló.

“A las mujeres nos veían con peores ojos que a los hombres, siempre nos han exigido más, y yo lo viví en mi propia familia”, lamentó. Su madre murió en 2005, a los 91 años, y a partir de entonces Lily empezó a mostrarse en público con Wagner como pareja.

En 1969 la actriz ya había quedado fascinada con la obra JT, inspirado en el premio homónimo y adaptado a la televisión por Wagner para la pantalla de CBS.

Eran tiempos dorados también para Tomlin, que brillaba en la sitcom Laugh-In, con tres personajes muy distintos: Ernestina, una secretaria que mascaba chicle cada vez que atendía el teléfono; Edith Ann, un niña malcriada que se recostaba en un sillón gigante y contaba hilarantes historias; y Lady Tasteful, una señora de clase alta no expresaba ni un ápice de empatía con el mundo.

Para Wagner era la musa ideal, hipnótica, y con la posibilidad de encarnar a quien quisiera sobre el escenario. Juntas crearon obras con alto contenido feminista desde los años ‘70, y ese sigue siendo su sello hasta la actualidad.

Pero antes de ser íconos de la comunidad LGTB, pasaron por el escarnio moral y público de la lupa hollywoodense. “Nunca hice una gran declaración del estilo ‘Voy a salir del closet’, y aunque debajo del escenario muchos sabían que estaba con Jane, en los diarios decían que era ‘mi compañera’, porque no sabían cómo tratar el tema en esa época”, reconoció Tomlin.

“En 1973 estuve en The Tonight Show y Johnny Carson me llenó de preguntas: ‘¿No estás casada, verdad, y tampoco querés tener hijos?’, y juro que podía escuchar el silencio de la audiencia esperando atenta mi respuesta”, ejemplificó.

Su respuesta fue genuina. “Me gustan los niños, pero realmente no quiero tener hijos”. Muchos quedaron atónitos, y se lo hicieron saber con su mirada de desaprobación y expresión consternada: ‘¿Qué le pasa, no es maternal? ¿No quiere convertirse en una buena esposa?’. Yo podía leer todas esas preguntas en el público”, afirmó la actriz.

Incluso ella misma tuvo que trabajar en sus prejuicios. “Luché con mis temores y arreglé cosas del pasado antes de empezar a salir con Jane, pero ella me llevó a otro nivel y nunca más volví a dudar sobre quién soy”, indicó.

La prueba de fuego fue en 1975, cuando la revista Time le propuso estar en la tapa. Su publicista la llamó para aclararle que le darían la portada solo si les daba la exclusiva de su noviazgo con Wagner.

“Era un trato tan cruel, además de lo difícil que era hablar de orientación sexual en los 70′, y parecía como si buscaran a cualquiera que fuese gay por una cuestión comercial”, aseguró.

Tomlin rechazó aquella propuesta, y dos años después la misma revista la puso en la tapa, pero esta vez no tuvo que hacer nada más que ser ella misma. Se titulaba: “Lily Tomlin, la nueva reina de la comedia”.

Tras más de 40 años juntas, se casaron el 31 de diciembre de 2013, rodeadas de sus amigos. Muchos quisieron saber por qué tomaron la decisión en ese momento, y ellas fueron claras al expresar el motivo: ese mismo año se legalizó el matrimonio igualitario en Los Ángeles.

Podrían haber contraído nupcias en cualquier otra ciudad mucho antes, pero quisieron esperar a que se promulgara la ley en California, el estado donde siempre vivieron.

Hace una década brindaron su única entrevista en conjunto en la pantalla de la CNN, en diálogo con la presentadora Christiane Amanpour.

“Ustedes están juntas hace casi medio siglo y por momentos son una sola persona, porque hasta terminan la frase de la otra como si se leyeran la mente”, les dijo Amanpour.

“Creo que eso pasa cuando sientes tanta admiración por alguien: yo respeto su talento y su cerebro, pero también sé el corazón gigante que tiene; así que si combinás todo eso ves a una mujer brillante que te entiende como nadie”, le contestó Tomlin.

Wagner, de bajo perfil, habló por primera vez ante las cámaras y respondió a ese elogio: “Una relación de casi 50 años con alguien que te hace reír tanto es parte de la fórmula”.

La escritora que cumplió 90 años aseguró que no se separaron ni una sola vez desde que se conocieron, y entre risas confesó que suele ser la perdedora en la mayoría de las discusiones.

Tomlin, de 86 años, tiene en su haber seis premios Emmy, dos Tony, y un Grammy. Desde 2015 hasta 2022 protagonizó la serie de Netflix Grace and Frankie junto a Jane Fonda, y a partir de entonces se centró en un nuevo proyecto con su esposa.

En julio de 2025 el matrimonio de mujeres más longevo de Hollywood anunció que serán productoras ejecutivas de la biopic de la extenista norteamericana Billie Jean King, considerada una de las mejores jugadores de tenis de la historia, con 39 títulos de Grand Slam: 12 en individuales, 16 en dobles femenino y 11 en dobles mixto.

Con el tiempo asumieron también una faceta activista por los derechos igualitarios, como íconos de la comunidad LGTBIQ+. A los 86 y 90 años, respectivamente, demuestran que no hay edad para alzar banderas que hagan flamear el corazón.