Los 7 datos curiosos sobre los vikingos que pocos conocen


Los vikingos siguen fascinando por su mezcla de gesta épica y vida cotidiana. Más allá de los cascos con cuernos de las películas, lo que hoy sabemos proviene de hallazgos arqueológicos, crónicas y sagas. En detalle, quiénes eran, cómo vivían y por qué su herencia cultural todavía pesa en Europa y más allá.

A diferencia de los tópicos populares, las fuentes coinciden en que no fueron un grupo uniforme. Había diversidad en origen, oficios y costumbres, con una cronología extensa entre los siglos VIII y XI.

Ese abanico explica por qué en unas zonas se los recuerda como comerciantes y colonos, y en otras como piratas.

También conviene distinguir entre “vikingo” como actividad (salir a expedición) y como identidad más amplia. Muchos granjeros y artesanos nunca tocaron un remo, pero formaron parte de esa cultura material y religiosa que llamamos mundo vikingo.

El mundo vikingo abarcó desde Noruega, Suecia y Dinamarca hasta colonias en Islandia, Groenlandia y el Danelaw inglés. La periodización clásica comienza hacia fines del siglo VIII y se extiende hasta el siglo XI, cuando el cristianismo y los reinos centralizados consolidan nuevas reglas.

La sociedad se organizaba en jarls (élite), karls (hombres libres) y thralls (esclavos). La familia extensa era la base productiva y de honor; protegerla, y reparar agravios con compensaciones legales, evitaba espirales de violencia.

La economía combinó agricultura y ganadería con caza y pesca, más artesanías en hierro, madera y textiles. La plata islámica (dirhams) circuló ampliamente, prueba de conexiones con el mundo eslavo y bizantino.

Tecnológicamente, destacaron el casco de tablillas remachadas y la construcción clinker de sus naves. Los drakkar (rápidos y poco calados) servían para incursiones por ríos y costas; los knarr eran cargueros oceánicos para colonizar y comerciar.

En religión, la mitología nórdica (Odín, Thor, Freyja) convivió con prácticas funerarias variadas: cremaciones, enterramientos en túmulos y barcos, ofrendas y símbolos. Con el tiempo, la cristianización integró tradiciones locales a templos e iglesias de madera.

Fuente: www.clarin.com

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