Cómo aliviar el dolor articular con ejercicios suaves para mayores de 50

La primera línea de defensa contra el dolor articular pasa por moverse de forma segura, regular y consciente. Diferentes estudios subrayan que los ejercicios de bajo impacto—como pedalear en bicicleta fija o nadar—alivian la rigidez sin castigar las articulaciones.
Por su parte, con 150 minutos semanales de actividad ligera reducen el riesgo de limitaciones funcionales en mayores de 50 años. Aun así, la tradición de caminar a paso vivo por la plaza sigue siendo una herramienta simple y efectiva, en sintonía con ese enfoque conservador que valora las costumbres ancestrales.
Cuando el dolor aparece en rodillas, caderas o manos, muchas personas evitan moverse por temor a empeorar. Sin embargo, el ejercicio regular protege el cartílago y fortalece el sistema musculoesquelético. Dejar de moverse, en cambio, acelera la pérdida de masa muscular y empeora la inflamación.
Además de la actividad aeróbica, los estiramientos diarios mantienen la amplitud de movimiento y reducen el riesgo de caídas. Incorporar una rutina de estiramientos para aliviar dolor articular al despertar puede marcar la diferencia en la calidad de vida y el descanso nocturno.
Finalmente, recordá que el alivio no llega de un día para otro: la constancia es clave. A los pocos días, el cuerpo libera endorfinas que atenúan la sensación de dolor y mejoran el ánimo.
El primer paso es elegir ejercicios de bajo impacto para mayores de 50, como la caminata en terreno llano o la bicicleta elíptica. Estas actividades mantienen la frecuencia cardíaca moderada y cuidan los cartílagos.
En segundo lugar, sumar ejercicios acuáticos para artritis en adultos mayores brinda una flotabilidad natural que reduce la carga sobre rodillas y tobillos; las rutinas en agua tibia mitigan el dolor con mayor eficacia que las de tierra firme.
Los movimientos controlados del tai chi para dolor de rodillas mejoran la fuerza del cuádriceps y la estabilidad articular luego de confirmarse su impacto positivo tras 12 semanas.
Por último, cultivar la disciplina: dos o tres sesiones semanales bastan para notar cambios. Los beneficios se potencian si se combinan con hábitos tradicionales como “dar una vuelta a la manzana” después de la cena, costumbre muy arraigada en los barrios porteños.
Fuente: www.clarin.com