¿Usás o tirás el aceite del atún?: Esto recomiendan los especialistas

El atún en lata es un alimento elegido por muchas personas gracias a su practicidad y versatilidad en la cocina. Además de ser fácil de incorporar en múltiples recetas, se destaca por su aporte de vitaminas, minerales y nutrientes esenciales para la salud.
Al momento de consumirlo, muchas personas desechan el aceite en el que se conserva este pescado. Sin embargo, especialistas advierten que esta práctica es un error, tanto desde el punto de vista nutricional como ambiental, y debería evitarse.
Expertos en nutrición y sostenibilidad explican que el aceite de las latas de atún conserva propiedades similares a las de una botella de aceite, entre ellas la vitamina D y los ácidos grasos omega 3. Por lo tanto, su consumo junto con el atún es seguro y beneficioso.
Desde una perspectiva ambiental, botar el aceite de oliva del atún enlatado implica un desperdicio con consecuencias. Un solo litro de esta grasa puede contaminar hasta un millón de litros de agua. Además, al llegar a ríos forma una película sobre la superficie que impide el intercambio de oxígeno y daña a los seres vivos que habitan esos ecosistemas.
Si no se desea reutilizar el aceite que sobra en las latas de conservas o del cocinado, se debe colocar en un envase adecuado. Una vez lleno, debe llevarse a un punto limpio de la ciudad correspondiente.
En caso de preferir su reutilización en el hogar, este aceite puede aprovecharse para dar sabor a diversos platos:
El atún en lata es una fuente rica en nutrientes como proteínas de alta calidad, ácidos grasos, omega-3, vitaminas y minerales.
“Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa poliinsaturada que necesitamos para fortalecer las neuronas y cumplir otras funciones determinantes”, resume MedlinePlus, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos. Además, “ayudan a mantener el corazón sano y protegido contra un accidente cerebrovascular, especialmente en personas con enfermedades cardiovasculares”.
Por esta razón, el sitio Mayo Clinic señala que “comer al menos una o dos porciones de pescado por semana, en especial, aquellos con alto contenido de ácidos grasos omega 3, parece reducir el riesgo de padecer enfermedades cardíacas, en particular, muerte súbita”.
También es un alimento rico en vitaminas liposolubles, como la A y la D, y en vitaminas del grupo B, como: B2, B3, B6, B9 y B12. Gracias a este perfil nutricional, contribuye a reducir el colesterol y favorece la salud de la piel, la memoria, el corazón y el estado de ánimo.
Fuente: www.clarin.com