"Ahuyentar la muerte"

En nuestra ciudad, además están dictando desde ayer, en dos jornadas intensivas el Taller “Inventario para construir lo escénico (poética de los objetos)”, en el Teatro El Pasillo, en el marco del Programa “Bordes del teatro”, destinado a actores, bailarines, actrices, en la idea del armado de los paisajes personales.

“Todavia no…” presenta a una mujer insomne que juega con sus recuerdos. Reconstruye su infancia, sus mares y sus amores. Ahuyenta “a la muerte” creando paisajes con juguetes en miniatura que recrean escenas de su vida, como en las películas.

“Todavía no (lo importante de acordarse)” es una obra de teatro y objetos que habla sobre la memoria y la soledad, apelando al humor y a la ternura.

Conversamos con los creadores, para conocer detalles del proceso de producción de esta puesta.

¿Cuándo se estrenó esta obra?

LAURA COPELLO: Se estrenó en 2022 y fue parte de un proyecto que se llevó adelante en Rosario, y que se llamó “Descarriadas, las artes escénicas expandidas”, de Plaza España.

¿De qué se trata?

L.C.: Felipe (el director) y yo tenemos una amplia diferencia de edad, él es muy joven y yo soy muy grande. Nosotros trabajamos juntos en el Teatro de la Manzana de Rosario, y durante varios años fuimos intercambiando materiales para pensar una obra, donde aparecieran estos dispositivos del trabajo con objetos pequeños, que es el trabajo que venimos investigando. Apareció también una conexión con la imagen y la posibilidad de filmar pequeñas situaciones, como si fueran pequeñas películas. Entonces el trabajo es muy potente visualmente, tiene un trabajo plástico. Hubo un diseño importante en el mapping (proyecciones). El espacio está sobrecargado de objetos, muchas cajas y esas cajas, son pequeñas pantallas.

La protagonista es una mujer grande que se despierta en la noche y recuerda algunos conjuros que ha hecho para ahuyentar a la muerte, y empieza a pensar en situaciones que le permitan decirle a la muerta que “todavía no”, que se quede lejos”.

¿Cómo la pensaron y la escribieron a esta idea para llegar a esta producción?

L.C.: Nosotros permanentemente intercambiamos materiales, escritos, pensamientos, ideas. Y un día, Felipe me dijo una frase que está en la obra, que dice “quisiera estar en uno de esos papeles que guardas -porque yo guardo muchas cosas- para mucho más adelante, cuando vos ya no estés, encontrar uno de esos papeles”. Esa fue una frase reveladora que nos puso a pensar en esto de qué queda de uno, cuando uno no está. Y a partir de esa idea fuimos metiendo ideas que ya teníamos pensadas y algunos paisajes de mi propia historia, mezclados con la historia de él, porque a pesar de nuestra diferencia de edad, tenemos puntos de contacto. Así, fuimos armando, y apareció esta convocatoria de Plaza España, donde fuimos seleccionados con otras producciones, para que nos produjeran y eso nos ordenó, porque nosotros somos un poco caóticos, producimos, producimos y recopilamos material, y este programa nos obligó a centrarnos en armar la obra.

Teníamos una escena muy potente armada, que habla de un recuerdo de mi niñez. La habíamos diseñado en esta clave de objetos pequeños y con una cámara, y empezamos a pensar en la fuerte presencia de cámaras en la casa de esta mujer, que va a estar sola, pero conectada con el afuera, a partir de mandarle a un Felipe, algunas imágenes y textos.

¿Qué dice esta obra?

L.C.: Hay un texto en la obra que dice “el recuerdo y la memoria son las únicas armas capaces de ahuyentar a la muerte”, y un poco es eso lo que decimos. Qué hace uno aquí, en tanto está en este momento, cómo se construye, cómo se disfruta, cómo se propone, cómo se piensa otro mundo posible, y qué le deja uno a los que quedan, qué de uno va quedando a nuestro paso por este mundo. Teniendo en cuenta siempre en que posible pensar en otros mundos, un poco más justos, más armoniosos y más bellos.

¿Cómo se trabajó la obra desde la dirección?

FELIPE HAIDAR: Lo que hago desde mi rol de director, después de juntar todo el material, es empezar a editar, seleccionar, cortar y pegar. Trabajamos de una manera mano a mano, y colectiva.

Dirigir a Laura es un placer. Yo me enamoré de lo que hacía cuando yo tenía 18 años, así que para mí trabajar con ella es hermoso, tenemos un vínculo que ya es familiar a esta altura. Nos alimentamos el uno al otros, ella es una persona muy abierta.

Fuente: eltribunodejujuy.com

Artículos Relacionados

Volver al botón superior