Esta noche, “Luces de Milonga”

El ciclo “Luces de Milonga” retoma esta noche su tradicional encuentro tanguero, desde las 20 en el Centro de Arte Joven Andino (Caja), ubicado en Alvear 534, en pleno centro de la capital jujeña. Con entrada libre y modalidad a la gorra, la propuesta invita a milongueros, aficionados y quienes deseen acercarse por primera vez al tango a disfrutar de una noche abierta, inclusiva y compartida.

El ciclo “Luces de Milonga” retoma esta noche su tradicional encuentro tanguero, desde las 20 en el Centro de Arte Joven Andino (Caja), ubicado en Alvear 534, en pleno centro de la capital jujeña. Con entrada libre y modalidad a la gorra, la propuesta invita a milongueros, aficionados y quienes deseen acercarse por primera vez al tango a disfrutar de una noche abierta, inclusiva y compartida.

En cada edición, la milonga congrega a un público cada vez más amplio, desde jóvenes, adultos, turistas y vecinos que llegan atraídos por la música y el ambiente, sin necesidad de experiencia previa. “Queremos que el tango siga creciendo y sumando gente de todas las edades. Siempre se acercan personas con curiosidad, que se animan a dar sus primeros pasos. Eso nos motiva a seguir”, señaló Neyen Chosco, una de las organizadoras del espacio.

El ciclo nació en 2017 como una propuesta de práctica y socialización del tango, impulsada por José Irrumberry, Neyen y Lilen Chosco, y Liliana Alfaro, quienes entonces eran estudiantes de tango en las clases dictadas por Carla Zarzoso. Su primer escenario fue la Glorieta de Plaza Belgrano, y desde entonces el proyecto fue itinerando por espacios culturales como el hall del Centro Cultural Héctor Tizón, el Cine Select y la Facultad de Humanidades de la Unju, incorporando también clases, exhibiciones y espectáculos.

A lo largo de los años, Luces de Milonga vino manteniendo su esencia, de ser un punto de encuentro horizontal, abierto y sin distinciones, donde la pasión por el tango se comparte y se contagia.

La cita de esta noche en Caja promete, una vez más revivir ese espíritu de comunidad y disfrute colectivo. La invitación está hecha para quienes bailan, quienes observan y quienes aún no se animan, todos tienen un lugar en la pista.