El grupo Danza Libre, con un fragmento de obra en proceso

Como parte de la programación encarada en forma conjunta por la administración del Teatro Mitre y la Representación Jujuy del Instituto Nacional del Teatro, en el marco del Mes de la Mujer, esta noche a las 22.00 el grupo Danza Libre presentará como parte del ciclo “Mujeres en escena” el fragmento de un proceso escénico de la obra “Mujeres bordeando un río – Abrazada a su sombra”, con dirección de Rubén Luna y las interpretaciones de Belén Calapeña y Verónica Romero.

Durante una conversación con el director de la puesta, comentó a El Tribuno de Jujuy que “es una obra que está en proceso, venimos trabajando hace un año y medio” y profundizó señalando que “es una idea que vengo trabajando hace bastante, con el concepto del río, las mujeres, el abrazo y la sombra”. En ese proceso cuenta que “la materialidad que nos apareció en juego es el plástico, la bolsa. Trato de no definir nada pero todos estos conceptos se mezclan en una composición bien visual. Se van articulando estas mujeres, los abrazos, los plásticos, los textos, las preguntas de ellas que comienzan a añorar cosas y sobre todo algo que va apareciendo mucho en el trabajo es el nombrar mujeres, que son muy fuertes para ellas. Sus hijas, sus abuelas, sus propios nombres y de otras mujeres que han marcado su vida. Es como que el rio trae esos nombres contantemente y estas dos mujeres se preguntan sobre eso”.

La idea del director, de las integrantes del elenco y del gran grupo que conforma Danza Libre, es estrenar la obra en agosto de este año, cuando termine el proceso que tiene su primera etapa definida.

Volviendo a la obra de teatro danza, dijo Rubén Luna que “no hay una jerarquía de más texto o más movimiento. Los textos se van improvisando en base a preguntas que estas dos intérpretes se hacen y van construyendo el texto en vivo, tienen algunos textos de base pero la idea es que las chicas sigan improvisando en vivo, ese es el desafío. Así como improvisan el movimiento, improvisan el texto”.

Destacó el director de la puesta que juegan un papel muy importante todos los miembros del equipo. “La parte técnica es fundamental para las obras de danza libre, tenemos alrededor de cinco técnicos que están atrás, las luces es algo más predeterminado, pero en la cuestión de la musicalidad pasa lo de la improvisación también, porque uno de nuestros técnicos también va improvisando de acuerdo a lo que va viendo (ya viene trabajando con las chicas), viene definiendo y armando partituras. Entonces él va agregando la música de acuerdo a lo que va sucediendo en escena, o sea todo es un ‘aquí y ahora'”.

Si bien dijo que “van a quedar cosas fijas” en la obra definitiva, también “van a quedar abiertas muchas instancias para que nos permita seguir encontrando caminos; porque en realidad, cuando nosotros hacemos los trabajos de investigación buscamos seguir provocando caminos. Por eso hemos hecho de la improvisación nuestro ‘caballito de batalla’ a la hora de producir danza teatro”.

En cuanto a su rol como director y los disparadores que propone para comenzar a crear el trabajo, Rubén indicó que “partí de una idea, como bailarín hombre, siempre me preguntaban dónde está tu lado femenino, cuál era ese lado, entre tantas preguntas llegué a una conclusión: la primera es que tal vez soy todas esas mujeres que marcaron mi formación como bailarín, como director, que de alguna manera me conectan con esas mujeres con las que he trabajado mucho. En este caso Verónica Romero y Belén Calapeña son personas con las que llevo trabajando más de 20 años, tanto en la docencia como en lo artístico. Además las veía a las dos que tenían muchos puntos de coincidencia, en cuanto a la constitución de su familia, de su profesionalidad. Entonces me dije ‘voy a comenzar a trabajar con ellas’, les hice la propuesta y comenzamos a trabajar y comenzaron a aparecer dentro de los laboratorios que hace Danza Libre la materialidad, preguntas, libros que hablaban de la mujer, documentales que hablaban del agua, del río y dije bueno, hay una conexión nuestra con el río, de los jujeños con el río y ellas tenían una historia muy particular con el río, empecé a tejer una trama que dejo abierta, pero sí tienen puntos clave las chicas para trabajar”.

Uno de los nombres que Rubén Luna, piensa fundamentales es “Emilce Scilingo, la maestra que ha construido Danza Libre y como director les propongo no olvidar a las mujeres que fueron sustraídas de sus hogares, las de la historia, del arte, mujeres que han revolucionado, que han sido silenciadas, olvidadas y sacar su primer nombre” para que el espectador asocie esos nombres con los de mujeres de sus propias historias.

Hay muchos momentos muy visuales en los que las actrices- bailarinas “se destacan en los movimientos formando imágenes que refuerzan lo que dicen, y la musicalidad va potenciando todo eso. Como recurso escénico hay un río hecho de plástico, cada una tiene su propio río que en algún momento se mezcla. El plástico les permite sumergirse, formar cascadas, volver a nacer, vestirse, desvestirse”, entonces también ese recurso tiene un lenguaje que dice el director propone temas “desde la contaminación hasta lo que quieras. Es un dispositivo que me permite resignificar lo que quiero decir. En una segunda instancia, vamos a definir es espacio escénico”, concluyó.

 

Fuente: eltribunodejujuy.com

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